miércoles, 22 de septiembre de 2010

RACISMO

Por Cristina Ibáñez

El racismo es toda forma de discriminación hacia las personas. Actualmente hay un proyecto de ley contra el racismoqueestásiendo revisado en la Asamblea Plurinacional.

Pero me pregunto ¿será que esa ley va a favorecer a toda la sociedad? Muchos dicen que no; pero yo pienso que así haya un montón de leyes, las mujeres vamos a seguir siempre discriminadas. Por ejemplo, el sector de las trabajadoras del hogar, a pesar de que tenemos la ley 2450 que defiende nuestros derechos, seguimos siendo discriminadasen el trabajo por la condición de inmigrantes del campo.

Daré dos casos en los cuales somos discriminadas: la discriminación que sufrimos de nuestros empleadores q’aras (blancos) y la discriminación que sufrimos de nuestros empleadores mestizos o cholos.

Por más que los empleadores q’aras nosdicen que nos consideran como parte de sufamilia, esto no es verdad. Nos dicen eso cuando les conviene, cuandonosotras noreclamamosnuestros derechos al estudio, a las horas de trabajo, a la salud; pero si reclamamos algo,para ellos y ellas somos malcriadas y contestonas. Además todos sabemos que algunos empleadores nos tratan de chica, muchacha, sirvienta, criada o hija, en forma despectiva.

En el almuerzo comemosenun rincónde la cocina y ellos en la mesa,no podemosdar nuestraopinión sobre cualquier tema, no tenemos derechoa salir a la callesinpedir permiso, esperando la voluntad de ellos.

Estas son las discriminaciones que sufrimos a diario las trabajadoras del hogar.

Pero más duele la discriminación de quienes consideramos nuestra propia gente.

Me refiero a las y los comerciantes, y a las personas de nuestra clase étnica que han tenido la oportunidad de salir profesionales. Toman auna trabajadora del hogar y las maltratan más que los q´aras. Para ellos y ellas las trabajadoras somos sirvientas, domésticas,consideradas poca cosa a pesar de que somos de la misma clase.Peor es cuando nos enfermamos, ni siquiera una pastilla nos compran,tenemos que seguir sirviendo como si no pasara nada y si nos quejamos del dolor sencillamente nos despiden.

Esta también es otra forma de discriminación y, de paso, de personas como nosotras, inmigrantes, indígenas.

Porestasrazonespienso que no necesitamos leyes, sino un cambio de mentalidad, para respetarnos entre todos y todas, sin mirar ni color ni sexo ni las diferencias de pensamientos.

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