miércoles, 15 de septiembre de 2010

EL ALZA DE PRECIOS DE LOS PRODUCTOS DE PRIMERA NECESIDAD

Por Victoria Mamani

En los últimos meses, día tras día van subiendo los precios de los productos de primera necesidad. Esto afecta a la población, ya que mucha gente es de bajos recursos o no cuentan con un salario fijo; otras familias tienen 5 ó 6 hijos que mantener.

Hay familias que apenas comen una sopa todos los días, por eso es que hay miles de niños y niñas con desnutrición. Esto se refleja en las unidades educativas urbanas y rurales donde los niños y las niñas tienen un bajo rendimiento en el aprendizaje.

Pero eso no es todo. Cuántos wawas desnutridas llegan a los hospitales y cuántas más deben estar muriendo sin ninguna atención. Una cosa son las estadísticas y otra es ver a diario esa realidad.

Sí antes, la familia disponía de 200 bolivianos semanales para comer una vez en la semana un buen segundo, ahora ese mismo monto apenas alcanzar para comprar unas cuantas libras de víveres y unos dos kilos de hueso blanco para la sopa de la semana.

Las autoridades gubernamentales no quieren mirar esto, tanto así que para ellos no hay alza de precios, todo está bajo control, las protestas de la población son nada más que especulaciones.

Parece que las autoridades se han olvidado de hacer compras en los mercados, mientras están en una cacería. Digo esto porque hoy por hoy veo indignada la persecución a los políticos opositores, acusándolos de todo o de nada para sacarlos de su camino. O con el oficialismo tratando de tomar todo el poder sobre país, sacando leyes contra la libertad de la expresión, para que todos pensemos igual ellos o que, finalmente, aceptemos calladas sin reclamar por todo lo que pasa en Bolivia. Mientras hay tantas necesidades que resolver.

Con esto no quiero decir que no estoy de acuerdo con el cambio que se propone el gobierno, quiero un cambio de igualdad, un cambio consensuado, un cambio sin afectar ni al uno ni al otro, donde se castiguen los delitos, pero que no se los inventen. Un cambio donde todos y todas nos escuchemos, nos respetemos; que tengamos la seguridad de trabajo, la seguridad ciudadana, la seguridad alimentaria.

No queremos parches sino un cambio de verdad. Lo que hasta ahora veo no es más que revanchismo.

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