martes, 14 de septiembre de 2010

ABANDONO A LOS ANCIANOS POR SUS HIJOS EN AREA RURAL

Por Adela Gomez

En el área rural, los hijos y las hijas, más o menos desde los 14 años, abandonan a sus padres, porque emigran a la ciudad en busca de mejores condiciones de vida. Sus padres y madres no tienen suficientes recursos económicos, para hacerles estudiar ni para darles el sustento diario.

Los hijos y las hijas toman la responsabilidad de auto sostenerse, consiguiendo trabajo en la ciudad con salarios bajos y bajo condiciones mínimas de seguro de salud, así por lo menos tienen para sobrevivir en la ciudad.

Posteriormente van formando su propia familia y se olvidan de sus padres y sus madres que se quedan en el área rural.

Con preocupación y tristeza los padres envejecen a temprana edad, cansados del trabajo que realizan en el campo. Es entonces cuando sienten la necesidad de ayuda de los hijos y las hijas, pero la mayoría no se preocupa por ellos porque trabajan y muchos no tienen posibilidades de ir a verlos, ya que tampoco cuentan con suficiente dinero. Además también tienen sus propios hijos que cuidar.

Así quedan en soledad las personas adultas mayores en el campo, no tienen quien los cuide y cuando se enferman, siguen trabajando en la chacra, cuidando sus animales sin recibir ayuda alguna. Algunos abuelitos y abuelitas aquí en la ciudad están mejor cuidados por sus hijos e hijas, y otros tienen su jubilación para mantenerse, pero los agricultores del campo no tienen nada.

El gobierno ha decretado que a todos los abuelitos y abuelitas se les debe pagar la renta dignidad. Pero, lamentablemente, esto no se cumple en el campo, por dos razones:
Por la distancia desde las comunidades hasta los pueblos. Mucha gente tiene que caminar más de 6 ó 7 horas para conseguir movilidad.

Otros tienen dificultad para caminar o son no videntes y no tienen quien los ayude.
Por eso la mayoría de estos abuelitos y abuelitas siguen trabajando la tierra, para sostenerse económicamente.

Quiero decirles a los hijos e hijas que no se olviden de sus padres y madres que viven en el campo.

Y también pedirles a las autoridades que tomen en cuenta a las personas adultas mayores del campo, facilitando el pago de la renta dignidad en el lugar donde viven y además construyendo casas de albergue para estos abuelitos y abuelitas.

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