lunes, 28 de febrero de 2011

EL PODER DEL PUEBLO

Por Nelia Catari

Desde enero, en Egipto la ciudadanía se movilizó para lograr la renuncia de su presidente Hosni Mubarak. Miles de manifestantes salieron a protestar por todo el Cairo, además de otras ciudades. Los militares dispararon a los manifestantes provocando la muerte de decenas de personas y dejando centenares de heridos.

Niños, niñas y adolescentes también acompañaron a sus padres, exigiendo la renuncia del presidente dictador al que ya no toleraban.

Los gobernantes creen que se pueden eternizar en el poder y cuando la gente exige mejores condiciones de vida o que se respete la democracia de su país, los responsables quieren redimirse haciendo reformas tardías, cuando se ven contra la espada y la pared, y están a punto de ser echados de su cargo.

Después de 18 días de protestas, el pueblo egipcio logró la renuncia del presidente Mubarak; 365 personas murieron y 5.500 resultaron heridas. El recuento de víctimas no incluye a militares. La renuncia del presidente Mubarak, tuvo un costo muy alto.

Quizá el poder se les sube a la cabeza a los gobernantes, lo que no les deja ver que necesita realmente su pueblo. Piensan que pueden hacer lo que sea, sin tomar en cuenta a las bases que los han elegido como sus representantes.

En nuestro país, se dio el caso cuando Gonzalo Sánchez de Lozada estaba en la presidencia. Él tomó medidas que iban en contra del bienestar del pueblo boliviano, haciendo a un lado lo que se le exigía. Entonces el pueblo se rebeló y lo expulsó. A Goni no le quedó más que huir, dejando atrás 67 personas muertas y centenares de heridas. Al igual que Mubarak, Sánchez de Lozada no quiso desistir, pero tuvo que hacerlo por la presión de las y los bolivianos que exigían su retiro.

Estos hechos nos demuestran que por más poder que tengan los gobernantes, o aunque estén muchos años en sus cargos, el poder que tiene el pueblo es mayor y de eso deberían estar conscientes nuestros gobernantes. Cuando el descontento social es grande no hay poder que lo resista. Pero todavía queda algo pendiente para Mubarak y Sánchez de Lozada: deben responder ante la justicia como responsables de la muerte de tantas personas. Nosotras esperamos que estos crímenes no queden en la impunidad.

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