Por Yola Mamani
Según el diccionario, el héroe es el varón ilustre y famoso por sus
hazañas o virtudes. También es el hombre que lleva a cabo una acción heroica.
De esto podemos deducir que el héroe, en primer lugar, es hombre. Además, un
hombre que posee habilidades sobrehumanas o rasgos de personalidad idealizados
que le permiten llevar a cabo hazañas extraordinarias y beneficiosas. Ah y por
si acaso, los héroes no son personas que vuelan
y menos que solucionan los problemas con una varita mágica. Tampoco es un superman, así como solemos imaginarnos
cuando somos niñas o niños.
Hoy he decidido hablar del héroe, a propósito de los tres conscriptos
que fueron detenidos en Chile, el pasado 25 de enero, y quienes ahora ya están de retorno en el país.
Los jóvenes soldados a su retorno fueron invitados exclusivamente a la red de televisión Cadena A, donde contaron los motivos de la detención.
Entonces pude darme cuenta que esos conscriptos son personas humildes y sobre todo muy tímidas, así como cuando una
llega recién del área rural. Además me di cuenta que ellos metieron la pata, pero
no a propósito, sino por desconocer las normas sobre los espacios fronterizos y
encima no dominan el castellano, algo que, creo yo, les dificultó explicar los
motivos de su error el momento de la detención. A mí me hubiera gustado que la entrevista hubiese sido en aymara, así ellos
hubieran dicho su verdad sin problema.
Después de la entrevista y ahora mismo yo me pregunto, cómo es posible
que un error pueda convertir en héroe a alguien y pueda así obtener una condecoración?
Por supuesto que esto no es posible, salvo que sirva para otros intereses. Pero
en estos tiempos se condecora con bombos y platillos solo para decir que se
está reconociendo un acto, cualquiera que sea. Así lo hicieron con el minero
Carlos Mamani, a quien seguro recuerdan. Él se quedó atrapado 69 días en una mina de Chile con
otros 32 mineros. Sobrevivió y al llegar a Bolivia fue recibido por el
presidente Evo Morales y le ofrecieron trabajo en el Ministerio de Minería y
Metalurgia, pero ahora es un personaje perdido.
En eso acaban los héroes nominados por nuestras autoridades, debido a una
circunstancia momentánea, pues a nuestros gobernantes les gusta agarrarse de
temas como estos para presumir y politizarlos.
Entonces, me vuelvo a preguntar ¿Qué es un héroe o una heroína? Para mí es un personaje común y corriente,
que actúa sin pedir nada a cambio y sin alardear sobre sus acciones.
Nosotras estamos
acostumbradas a ver a las y los héroes como estatuas en nuestra ciudad, pero
jamás se reconoce a la gente que está luchando todos los días para acabar con
la injusticia.
Como trabajadora del hogar un héroe o una heroína es aquella persona que
hace respetar sus derechos laborales; es aquella mujer que lucha día a día para
obtener sus objetivos; es aquella señora
que cuida a sus wawas y que a pesar de tanto trabajo, aún tiene tiempo para
repartir sonrisas y con ello hacer del mundo un espacio mejor y diferente; es aquella
persona que está en mi barrio exigiendo mejores condiciones de vida con toda
dignidad. Es esa persona que actúa sin pensar en las condecoraciones de ningún
partido político y de ningún gobernante.
Ese tipo de héroes y de heroínas son de mi preferencia y a quienes admiro; ellas y ellos
son quienes verdaderamente merecen un reconocimiento.
Si tuviéramos que reconocer a los
héroes y heroínas que actúan diariamente desde el
lugar donde están, necesitaríamos muchas medallas y nos implicaría un enorme
gasto reconocer a esas mujeres, hombres, niños y niñas que a diario hacen
acciones admirables.
Los soldados que fueron heroizados por las autoridades bolivianas acabaron
en medio de la disputa política entre dos gobernantes soberbios que han medido
fuerzas y que en realidad prácticamente ya están en campaña en busca de la
reelección: Sebastian Piñera a fin de año y Evo Morales, aunque es
inconstitucional, para el 2014. Pero seguramente los conscriptos han realizado
actos muchos actos heroícos, como sobrevivir a la pobreza en una zona donde los
contrabandistas se han enriquecido y sobrevivir a la irresponsabilidad paterna,
en el caso de uno de ellos, como cuenta el periodista Alex Ayala. Para nuestras
autoridades esos actos, obviamente, no son dignos de condecoración.
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