Por Victoria Mamani
La idea de un día internacional de la mujer surgió al final del
siglo XIX, que fue en el mundo
industrializado un periodo de expansión y turbulencia, crecimiento fulgurante
de la población e ideologías radicales. El 8 de marzo es una fecha que recuerdan
las mujeres en todo el mundo. Esta fecha se conmemora también en las Naciones
Unidas.
Como es en el caso de nuestro país, este día es un motivo para recordar a
las mujeres luchadoras, trabajadoras, que día a día buscan mejor su situación
económica. Como siempre las autoridades suelen acordarse solo en estas fechas y
aprovechan con actos mediáticos para la aprobación de leyes a favor de las
mujeres, aunque en muchos casos esas normas no se cumplen. O las mismas
autoridades son las que no hacen cumplir estas leyes. Recordemos lo que paso en
el festejo de fin de año este 20 de diciembre del 2012 en plena sala de la
Asamblea Departamental de Chuquisaca, el
caso de una compañera que sufrió una violación y por no tener pruebas o por falta de denuncia de la afectada, el
violador, el asambleísta Domingo Alcibia, está en la impunidad. Casos como este
podemos enumerar muchos.
Es más, cuando denuncias un hecho como la violación, la presión es humillante,
porque te piden pruebas y testigos, como si tu palabra no valiera nada; ahí las
mujeres seguimos siendo discriminadas y vulneradas en nuestros derechos.
Así mismo supuestamente las organizaciones no gubernamentales (ongs) dicen
que trabajan con las mujeres en pro de la igualdad y la justicia, pero la
situación de las mujeres ha cambiado muy poco, sobre todo en el área rural, los
proyectos suelen quedarse en los informes que tienen que presentar a sus
financiadores.
A lo largo de la historia en la mayoría de las culturas las mujeres
hemos sido sometidas a estructuras patriarcales, que nos han negado los
derechos humanos más fundamentales. Las leyes y los sistemas tradicionales, así
como la religión y los usos y costumbres, han provocado el sometimiento de la
mujer, de forma similar a la esclavitud, a la explotación laboral y a la mano
de obra barata. Las mujeres hemos sido restringidas al hogar, al cuidado de los
hijos e hijas, y a la atención del marido.
Pero hoy en día las funciones de las mujeres han cambiado enormemente,
si antes solo debíamos dedicarnos a las tareas domésticas, ahora ocupamos otros
espacios laborales, pero eso no implica que hayamos dejado de cuidar a la
familia, que a pesar del esfuerzo que es trabajar para generar ingresos, el
trabajo del hogar continua siendo una pesada carga, en especial para las
mujeres que se han cruzado con un padre irresponsable.
La necesidad económica nos obliga a buscar un empleo fuera de la casa,
aunque sobre todo para las mujeres emigrantes las ocupaciones disponibles para
nosotras son precarias y con una fuerte vulneración de nuestros derechos, el
más claro ejemplo es el salario que sigue siendo menor al de los varones,
aunque las tareas sean las mismas.
En el ámbito político, muchas mujeres se prestan a seguir siendo utilizadas
para llenar los cupos y cumplir con la paridad, y para seguir obedeciendo al
partido o al jefe. La capacidad y el pensamiento propio no cuentan.
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