Por Yola Mamani
Las trabajadoras
asalariadas del hogar somos responsables de múltiples tareas en las casas donde
prestamos nuestros servicios. A veces no nos alcanza el tiempo, pero algunos o
algunas jefas nos recargan con responsabilidades que nos imponen sin
preguntarnos o avisarnos.
Una de ellas es por
ejemplo el cuidado de animalitos. Aunque a nosotras nos parezcan lindos y nos
den cariño,
también demandan nuestra atención y tiempo, además de una gran
responsabilidad, por ello quienes nos contratan, deberían informarnos que
tendremos que cumplir con esa tarea.
Si alguien adopta o
compra perros, gatos, loros, hámster u otra mascota, ya sea para su compañía o
para la de sus hijos e hijas con la consigna de que aprendan a ser responsables
con los seres vivos, deberían asumir su responsabilidad, porque en realidad lo
que al final pasa es que la trabajadora del hogar es quien se hace cargo de
todos los cuidados.
Por ejemplo, los hijos
de mis ex empleadores adoptaron un hámster, pero ni siquiera sabían que se le
daba de comer y mucho menos sabían de otros cuidados. Yo como trabajadora del
hogar tampoco conocía mucho, solo que esos animalitos son de lugares cálidos, entonces tuvieron que
preguntar al veterinario. Los y las empleadoras siempre tratan de cumplir con
el capricho de sus hijos e hijas, sin importar que el bienestar de un ser vivo
este de por medio, porque ellos también sienten hambre, sed y dolor.
Por eso nosotras somos
quienes siempre estamos en la calle haciéndole pasear al perrito, porque la
mayoría de las familias cría uno, les llevamos a la peluquería, al veterinario,
les bañamos, cepillamos, alimentamos, prácticamente las mujeres trabajadoras
del hogar estamos día y noche cuidando a la mascota.
No habría ninguna queja
si los empleadores y empleadoras nos dirían el momento de realizar el contrato
que tendremos que hacer toda esa lista de cosas, porque además de cumplir con
las tareas del hogar, hacemos todo ello. En muchos casos adoptan o compran a la
mascota luego de hacer el contrato laboral con la trabajadora del hogar y no le
avisan ni consultan si podrá cargar con todo ese trabajo.
Una gran parte de
nuestros jefes siempre quieren mantenernos ocupadas, no nos quieren ver ni un
segundo sentadas descansando por estar todo el día de pie, de arriba para
abajo, tampoco respetan nuestra hora de almuerzo. Existe acoso laboral, porque
están todo el tiempo detrás de nosotras vigilando todo lo que hacemos,
desconfiando de nosotras, como si no hiciéramos nada.
Lo más común es que los
primeros días de la adopción, suelen ser responsables, le dan de comer dos
días, le sacan a pasear y luego se olvidan. Pero cuando una reclama, el o la
jefa responden: no hay que cocinar aparte para el perro, como si darle de comer
fuera suficiente y no tendría otras necesidades, y tampoco ellos le sobran
comida, sino que somos nosotras las que le tenemos que dar de nuestro plato.
Solo queremos que los y
las empleadoras asuman su responsabilidad con los animales que viven con ellos
y ellas; o que no nos engañen y sean sinceros,
que desde antes de darnos el trabajo nos detallen las responsabilidades que
tendremos, así nosotras podremos decidir si aceptar o no.
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