Por Martha Huallpa
Algunas madres
de nuestro país ejercen su rol de mamás en el interior de las cárceles. Este es
un tema muy doloroso, pues la mayoría de las veces no tienen otra opción.
Dentro de ese
ámbito, seguramente mucho más difícil que teniendo nuestra libertad, ellas son
madre y padre de niños y niñas que también deben aprender a vivir en el
encierro, sin tener culpa alguna.
No debe ser
nada fácil estar dentro de un penal, porque muchísimos casos de las compañeras
que están ahí no tienen una sentencia, y esperan que sus procesos avancen,
aunque ya están pagando una condena, culpables o no. Pero es mucho más
complicada la situación para las mujeres madres, que no tienen a alguien
confiable afuera con quien dejar a sus pequeños o pequeñas, y se ven obligadas
a darles lo que pueden a ellos y ellas en esa situación, en la que a ellas
mismas les cuesta garantizar su subsistencia.
La legislación
actual admite que las madres vivan con sus niños y niñas menores a 6 años en el interior de los
penales, pero acaso les dan las condiciones necesarias? Muchos de los hijos e
hijas de las internas se convierten en adolescentes, esperando junto a sus
madres la libertad.
Ahora las recordamos a ellas porque nadie más lo
hace, ni el Estado, ni la justicia, pues así como hay mujeres madres que están
“pagando a la sociedad” por algún delito cometido, hay muchas otras mujeres
madres también, que esperan el avance de
sus procesos y su liberación.
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