Por Yola Mamani
Hoy se recuerda el Día de la mujer boliviana
en honor a doña Adela Rafaela Zamudio Ribero, una escritora y poetisa,
reconocida también como feminista. Nació en Cochabamba el 11 de octubre de 1854
y por la discriminación sólo pudo estudiar hasta tercero de primaria, que era
lo máximo permitido a las mujeres en ese entonces.
Pero Adela Zamudio era una niña perseverante y
decidida; se dedicó a la lectura y se formó por sí misma hasta llegar a ser una
de las figuras literarias más sobresalientes del continente y de nuestra
historia, según algunos criterios. En sus obras denunciaba la injustica social
y económica que había en su época entonces, y sobre todo el machismo.
Aprovechando este día quiero conmemorar a las
mujeres que realmente fueron luchadoras, como Bartolina Sisa, Gregoria Apaza,
Juana Azurdyy otras tantas mujeres que lucharon para trasformar esta sociedad
discriminadora y machista, aunque en sus tiempos estos términos no eran
conocidos. Pero estas mujeres no se dejaban torcer el brazo con nadie,
defendían su posición política ante cualquier personaje.
Ahora hay organizaciones de mujeres, fundaciones,
incluso ONGs que supuestamente trabajan en cuestiones de las mujeres, que supuestamente
forman mujeres lideresas, aunque nunca han estado en ningún lucha, seguramente
nunca han estado en la calle enfrentando policías ni en las asambleas, aunque
sea de sus barrios, peleando contra el machismo de los dirigentes, pero
pretenden enseñar liderazgo a las mujeres luchadoras.
Estas instituciones se
han adueñado de los nombres de mujeres luchadoras que defendían su ideología a
toda costa y no se vendían a los partidos políticos que ofrecen dinero o que
ofrecen puestos de trabajo en las instituciones estatales; esas mujeres no
estaban dispuestas a ser un florero que lo ponen y lo sacan el rato que
quieran, y no estaba dispuestas a servir para camuflar la discriminación que
todos los días vivimos las mujeres.
Deberíamos cuestionarnos como mujeres y a
partir de ello reflexionar sobre qué tipo de espacios estamos ocupando
realmente en el Estado Plurinacional? Ahora, si hay mujeres ocupando cargos dentro
de las instancias públicas, ¿acosta de qué aguantan el manoseo? ¿Será que sus
posiciones y decisiones son tomadas en cuentas? Estas son sólo algunas
preguntitas que deberíamos hacernos, para ver realmente qué tipo de avances
hemos tenido como mujeres jóvenes, viejas y niñas etc., que conformamos esta
sociedad.
Las ONGS siempre suelen recordar y celebrar
estas fechas, porque son claves para hacerse propaganda como institución y para
decir que capacitaron a miles de mujeres, aunque no dicen que la situación de
las mujeres tanto de las áreas rurales como de las áreas urbanas sigue siendo
precaria. Por eso para mí no es suficiente recordar los derechos de las mujeres
de acuerdo a la conveniencia, y es antiético obtener dinero a nombre de las
mujeres, victimizándonos ante los financiadores internacionales, haciéndonos
ver como las pobrecitas sin autoestima y que por eso nos pegan los maridos, nos
acosan los dirigentes o los jefes, o nos violan. Esas ideas son las que muchas
ONG nos meten en la cabeza a las mujeres. Lo sé porque yo he asistido a muchos
talleres. A mí me pueden decir que soy
pobre por mi forma de hablar o de escribir, pero esa es responsabilidad del
Estado que no se ocupa de mejorar la educación en las áreas rurales, allá por
ejemplo nos mandan a las y los profesores peor pagados, que muchas veces no
tienen ni ganas de enseñar.
Me
pueden decir pobre porque soy indígena, porque para conseguir fondos la pobreza
de las mujeres es una bandera.
A mí me da mucha rabia cuando algunas onegs y
organizaciones van a las áreas rurales para capacitar a las mujeres en
autoestima, para enseñarles a limpiar sus casas y atender a sus maridos y a sus
hijos, es decir que el dinero que piden a nuestro nombre sirve para seguir
sometiendo a las mujeres. Así se gastan el dinero que debería ser para las
mujeres, se lo gastan también en sus sueldos. Al final, y lo he visto, no les
importa realmente la vida de las mujeres que sufren violencia y humillaciones
de parte de sus parejas; sus proyectos son cerrados y no los cambian por nada.
Y en a las áreas rurales las mujeres siguen sin la plena participación
política, entonces ahí surgen las preguntas del millón ¿dónde está la
autoestima; dónde están las líderes? ¿Por qué las asambleas de los pueblos no
están repletas de mujeres, por qué no están ocupando cargos y tomando
decisiones importantes para las mujeres? No es que no haya mujeres, sí que las
hay, pero esas son las verdaderas luchadoras que podrían enseñarles muchas
lecciones a las que les llevan sus recetas de escritorio.
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