viernes, 13 de agosto de 2010

ESTUDIANTES DEL COLEGIO NOCTURNO

Por Rosa Apaza

Las personas que estudian en colegios nocturnos en su mayoría son mujeres trabajadoras de diferentes rubros, como trabajadoras del hogar, lustrabotas, ayudantes de minibús vendedoras y otras.

El 70%de estudiantes de los colegios nocturnos son adultos y otro 30% son adolescentes que dejaron el estudio por muchas causas, por ejemplo emigración del campo o por haberse aplazado en el colegio diurno y la única forma de concluir el bachillerato es el colegio nocturno.

Se sacrifican a pesar de que en el día trabajan y por las noches tienen que estudiar. Otras son madres de familia, padres de familia, que aparte de estudiar tienen que atender a sus hijos, por lo tanto hacen un esfuerzo importante.

Muchas veces los estudiantes trabajadores tienen que bajar a la ciudad desde villas periféricas alejadas.

En el barrio donde vivo no hay colegios; los estudiantes bajan a la ciudad poniendo su vida en peligro. Salen de clases a las21:30 y no hay un policía en las puertas de los colegios nocturnos, como hay en los diurnos.

En las puertas de los colegios nocturnos están los delincuentes esperando a que los estudiantes salgan para robarles, sobretodo cuando ven a mujeres de pollera. A ellas les quitan aretes, sombrero, hasta mantas. Nosotras sabemos eso, porque la mayoría de las trabajadoras del hogar hemos estudiado de noche, por eso hablamos con conocimiento de causa.

Vemos que los colegios nocturnos están abandonados a su suerte, tanto por las autoridades centrales como por las municipales. El mismo Presidente del Estado dice que antes les cortaban la lengua para que no aprendan a leer ni a escribir, así que ahora es cuando los jóvenes pueden estudiar.

Pero estudiar es un sacrificio para las personas que trabajamos. Las y los estudiantes trabajadores seguimos olvidados, pasamos frío, en aulas sucias; muchas veces son éstas aulas ni siquiera las ventanas tienen vidrios. Así tenemos que pasar clases, sólo porque queremos estudiar y superarnos.

Incluso a veces perdemos nuestro trabajo por estudiar y cuantas veces tenemos que sufrir discriminación y acoso sexual por parte de los mismos profesores, y cuando te vas a quejar ni caso te hacen.


Tenemos derecho a la educación, pero en la vida real parecería que no es así.

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