jueves, 3 de marzo de 2011

EDUCACIÓN DESDE LA CASA



Por Cristina Ibáñez

Las mamás y los papás debemos inculcar una buena educación a nuestros hijos e hijas, para que aprendan a ser responsables e independientes. Y justamente lo que aprendemos en el hogar es fundamental en nuestra formación como personas.

Es nuestra obligación como papás y mamás orientar a nuestros hijos e hijas para que aprendan a resolver sus problemas y para que aprendan a tomar decisiones en el momento apropiado.

Muchas veces no dejamos que nuestros hijos e hijas enfrenten sus problemas y las diferentes situaciones que se nos presentan en la vida, porque nos resistimos a dejarlos crecer. A veces, de diferentes maneras, fomentamos la flojera y somos responsables de su falta de capacidad para afrontar ciertos conflictos.

También sigue siendo nuestra responsabilidad, tanto de las mamás como de los papás, el criar de forma distinta a los niños y a las niñas. Mientras que a los chicos les dejan mirar la televisión o jugar futbol en la calle, mientras la mamá está haciendo todas las tareas de la casa, a las niñas se les exige que aprendan a tender su cama, a lavar, a cocinar y, además de todo, todavía se les exige, en muchos casos, que atiendan a sus hermanos, mayores o menores.

Nosotras como madres y también los padres, no sólo debemos ocuparnos de proteger a nuestros niños y niñas de los peligros que existen en la sociedad, sino enseñarles que tanto los niños como las niñas, tienen las mismas obligaciones y oportunidades, y que no por el hecho de ser hombres o mujeres, las responsabilidades del hogar, van a recaer en uno o en el otro.

Nuestros niños y niñas deben ser colaboradores en diferentes actividades e ir aprendiendo que en la vida cotidiana no se trata sólo de ayudar a hacer las cosas, sino de asumir responsabilidades.

Podemos enseñarles a guardar sus juguetes, a colocar la mesa, a lavar la ropa, etc. Pero también debemos enseñarles que esas no son obligaciones de las mujeres, sino de cada persona que desordena, que come, que ensucia, etc.

Como trabajadoras del hogar nosotras conocemos las costumbres de nuestros empleadores, porque trabajamos años en diferentes casas y vemos que nada de esto se les enseña a los adolescentes. Por eso aunque nosotras estemos trabajando muy enfermas, a ellos ni se les pasa por la cabeza colaborarnos, aunque saben muy bien que si no estuviéramos nosotras la relación familiar sería desastrosa.

Por eso creo que no solo la educación del colegio es importante, sino también la que se les da en la casa a niños y niñas, sin importar la clase social o el nivel económico de la familia.

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