lunes, 7 de junio de 2010

MUJERES INDÍGENAS EN EL PODER

por Emiliana Quispe

Hace muchos años las mujeres no podíamos participar en las elecciones. Existía mucho racismo. Las mujeres estábamos excluidas, no teníamos ni voz ni voto.En esas épocas no se permitía la participación de las mujeres en cargos estatales.

Ahora sigue habiendo racismo y exclusión, pero las mujeres ya podemos pensar ser elegidas y en ocupar cargos públicos, algunas incluso ya llegaron a espacios de poder. Actualmente hay un cambio. ¿Pero realmente han cambiado las cosas? Hace unos 20 años ha surgido el discurso del liderazgo de las mujeres, manejado especialmente por los organismos internacionales y las ONGs.

Y hay ejemplos de esos supuestos liderazgos de mujeres, como la ex prefecta de Chuquisaca Sabina Cuellar, una mujer indígena quechua, que llegó a ser primera autoridad del departamento de Chuquisaca. Pero eligió un camino equivocado, dominado por pequeños grupos de poder.

Parecería que ella, como mujer indígena, no ha sido consecuente con su propia gente, porque por ejemplo no intervino para evitar la humillación que sufrió un grupo de indígenas varones, el 24 de mayo de 2008, en la plaza principal de Chuquisaca, aunque era su obligación. Se dejó utilizar con la oposición.

También hay otros ejemplos de mujeres que han ocupado espacios de poder en el oficialismo, pero igual que Sabina Cuellar, que ahora se quedó sola, esas mujeres no han podido tomar decisiones y tampoco han podido decir lo que piensan.

Esto nos muestra que el oficialismo y la oposición manejan a las mujeres como una bandera o como una figura. Quieren demostrar que hay más participación de las mujeres en las decisiones sobre el país. Pero en realidad eso no existe, porque vivimos en una sociedad machista.

¿Qué deberíamos hacer las mujeres para enfrentar esto? Deberíamos tener personalidad, más conocimientos para no dejarnos manipular. Pero también deberíamos tener nuestro propio camino y nuestros propios objetivos.

Pero lo que es más importante es que como mujeres tendríamos que estar organizadas, no como esas organizaciones de mujeres que dependen de organizaciones dirigidas por varones, a los que no les conviene que una mujer piense.

Tenemos que organizarnos como mujeres que tenemos nuestras propias metas. Es difícil hacerlo, pero no es imposible, las trabajadoras del hogar lo hemos hecho y no hemos necesitado estar en el poder para conseguir nuestra ley, pero sí ha sido necesario ser consecuentes en una lucha de más de 10 años.


Organizarse sin tener que rendirles cuentas a los hombres y sin dejar que interfieran, es la manera en que vamos a hacer realidad nuestros sueños.

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