Por Victoria
Mamani
La
contaminación auditiva es provocada por el ruido que generalmente es alto en las calles, los mercados y otros espacios
donde hay mucho movimiento. En nuestra ciudad el tráfico vehicular del día es
muy caótico, los choferes tocan bocina toco el tiempo, compiten entre ellos y
muchas veces se gritan, quienes se dedican a vocear también aumentan el ruido y
por ende, la contaminación auditiva.
Otros
sonidos muy estridentes y que incomodan bastante son las sirenas de ambulancias,
las campanas de los camiones repartidores de gas, el bullicio en los mercados y
centros comerciales, la música muy fuerte, las alarmas vehiculares y otros, que
pueden causar gran estrés en las personas, en muchos casos, llegando a
representar un problema de salud severo.
Algunos
de los efectos negativos más frecuentes además del estrés son: mal humor,
agresividad, pérdida de sueño y apetito; la contaminación sonora también puede
causar males físicos, por ejemplo sordera, dolor de cabeza, alteraciones del
ritmo cardiaco y del sistema nervioso.
Este
tipo de contaminación es una de las más peligrosas para las personas y más
frecuentes en las urbes. Pese a que existe la ordenanza municipal Nº 233
aprobada en 2002, donde queda prohibido el uso de bocinas dentro de la ciudad,
salvo en caso de emergencias o para evitar accidentes, la mayor parte de las y
los conductores hacen caso omiso de ella.
Los
funcionarios del Gobierno Municipal y la policía no ejercen un control adecuado
para que los choferes del transporte público y los conductores de vehículos
particulares, cumplan esta norma municipal, que debería ser prioridad por el
bienestar de la salud de la población. Así mismo los dirigentes del transporte
urbano y de los mercados, deberían limitar a lo permitido el volumen de sus equipos de sonido, las y los
dirigentes no solamente deben cobrar su
cuota diaria, sino que también es su obligación capacitar a sus afiliados y
afiliadas en el cuidado del medio ambiente, parte de ello sería también saber
cómo evitar la contaminación auditiva o sonora.
La
organización de talleres de información es muy necesaria y urgente para que
como ciudadanos y ciudadanas podamos confrontar los daños consientes o
inconscientes que nosotras mismas provocamos.
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