Por Martha Huallpa
El 27 de mayo se recuerda
en todo el país el día de la madre boliviana, en todos los colegios e
instituciones festejan a las mamás con almuerzos u horas cívicas. Esa fecha también
se ve en las calles muchas flores y regalos en puertas de colegios, escuelas y
jardines de niños.
Las y los comerciantes aprovechan este día para sacar sus
productos a la venta y elevar los
precios y como muchas veces se busca obtener el obsequio a última hora, no
importa pagar la subida de precio de lo que se ha escogido comprar. Lo que más
adquiere la gente son flores, tarjetas, joyeros y otras chucherías que a las
mamás no les servirá mucho pero que reciben con cariño.
Pero lo que debemos recordar es porque se conmemora el 27 de
mayo como día de la madre, ya que en varias unidades educativas no lo mencionan.
El año 1812, mujeres valerosas lucharon por su patria al ver que sus esposos, hijos
y padres eran derrotados por el ejército español al querer liberarse de este.
Muchas de ellas se enfrentaron a los españoles en el conocido cerro de la
Coronilla en Cochabamba y encontraron
la muerte, pero gracias a esa lucha,
tiempo después Bolivia pudo independizarse.
El festejo de los y las estudiantes de colegio en provincia
es muy distinto al que se acostumbra en las ciudades. Si son varios cursos, el
presidente de cada uno de ellos se encarga de recoger el dinero con el que
comprarán los ingredientes para cocinar. Todo el curso prepara el almuerzo de
las mamás, lo que más les gusta es por ejemplo el lechón, cordero y sajta.
Además no puede faltar el ramo de flores que los mismos estudiantes fabrican con papel lustroso, otros pintan papel
blanco con acuarelas de colores o tintes naturales. Luego empieza el acto especial,
niños y niñas de todas las edades bailan al son de la banda que ha sido
contratada especialmente para ese día y los profesores también participan
organizando a los más pequeños.
Pero no todas las madres participan del festejo, solo pueden
hacerlo aquellas que han logrado apartar un poco de su tiempo de trabajo, pues
la mayoría no descansa por labrar la chacra.
Para esas mamás que tienen que trabajar día a día, ya sea en
la chacra, en el mercado o en la oficina, quiero desearles que reciban el
cariño de sus hijos e hijas todos y cada uno de los días del año, porque el
esfuerzo de ellas es diario, no solo el 27 de mayo.
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