Por victoria Mamani
El 2
de agosto fue declarado Día del Indio a través de un decreto supremo emitido en
1937 por el entonces presidente Germán Busch. En 1953, esa fecha fue la elegida
para promulgar la Reforma Agraria.
De
esta manera se quiso también rendir homenaje al aniversario de la fundación del
primer núcleo de educación indigenal en Bolivia en Warisata (La Paz), cuyos
fundadores fueron Elizardo Pérez y el indígena Abelino Siñani. Warisata,
convertido en un centro de educación indigenal, significó un faro de luz para la educación del campesinado y para que
este sector forme parte de la nacionalidad.
Con el
correr de los años, en Warisata se ha creado una Escuela Normal Rural, con el
objeto de preparar maestros para el agro y enviarlos a todos los puntos
cardinales de Bolivia para la redención y liberación de la clase mayoritaria:
las y los indios.
Pero
hoy en día podemos ver que no sucedió nada de eso; si bien hay una escuela
normal rural en Warisata y otra en Santiago De Huata, creada con una visión de
educación productiva, ambas se han convertido en pura teoría al igual como
ocurre en las ciudades, donde la formación es pésima, debido a mediocridad de
los docentes que educan a los futuros
maestros y maestras.
Por
otro lado, se recuerda día del indio por la promulgación de la reforma agraria
de 1953. En el campo se eliminó el
latifundio, se expropiaron las tierras y las minas de las grandes elites de la
clase dominante se y determinó el comienzo
de un proceso de integración del campesinado a la vida nacional.
El
2011 el gobierno Presidente Evo Morales declaró la Revolución
Productiva Comunitaria, puesta en vigencia el 26 de junio. Para ello entrega
tractores semillas para mejorar las condiciones de vida de algunos indígenas.
Pero
si bien los indígenas tienen tierras, ahora están abandonados porque no
hay un apoyo para la producción; la
gente joven emigra a las ciudades o al exterior. Además, los tractores han sido
distribuidos sin ningún criterio, porque, por ejemplo, ha llegado a zonas con
pendiente, es decir que son absolutamente inútiles y están oxidándose. De todas
maneras, en el campo se necesita mucho más, como apoyo económico para la instalación de sistemas de
riego y la construcción de carreteras; también para la creación de fuentes de
trabajo para la gente joven dotándoles de seguro de salud. En comunidades del
altiplano hay buena producción; pero no hay cómo comercializar los productos.
Así como están las cosas, no se puede esperar vivir bien.
Por
otro lado, las y los indígenas siguen siendo discriminados. Un ejemplo es lo
que está pasando con los y las indígenas del TIPNIS, quienes por defender su
territorio fueron golpeados y maltratados por el mismo gobierno. Para el
progreso de los y las indígenas no hace falta destruir su hábitat, si no
proteger su territorio y ver las mejores maneras, junto con la misma gente del
lugar, para mejorar las condiciones de vida de las hermanas y hermanos de las
tierras bajas.
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