martes, 23 de agosto de 2011

EL TRANSPORTE INTERDEPARTAMENTAL

Por Victoria Mamani

Para viajar por tierra a las diferentes ciudades de Bolivia hay que armarse de valor y paciencia, porque las condiciones son muy deficientes. Por un lado tenemos el mal estado de varias rutas del país y, por el otro, el pésimo servicio que presta el transporte interdepartamental.

Estas deficiencias se sienten mucho más cuando los viajes son largos, 10 o 18 horas soportando el maltrato es normal para mucha gente que tiene la necesidad de utilizar estos servicios, porque no hay autoridad que le ponga un alto al abuso que existe en las carreteras.

Me refiero específicamente al tramo La Paz y Tarija. Tarija es una ciudad muy hermosa y su gente es linda de corazón. Pero para llegar a ella por vía terrestre se debe pasar situaciones muy difíciles. Hablemos primero del camino, que en gran parte es de tierra, con trechos que están asfaltados. La gente del lugar decía que hace más de 10 años que no pueden terminar de asfaltar esta carretera que está llena de baches y polvareda, no me imagino cómo será cuando empieza la época de lluvia.

A esto se suma el pésimo servicio del transporte. Los buses que viajan a esa churra ciudad, son viejos y con eso ya les digo mucho. En las agencias de flotas como San Lorenzo o Trans Villa del Norte, venden los pasajes para bus semicama, pero al subir una se da cuenta que te han engañado, porque los asientos son incómodos, sucios, ni siquiera se pueden inclinar de lo viejos que están. Hay que viajar toda la noche sin poder estirar los pies y tratándose de tan largo viaje los buses deberían ser más cómodos, ya que el trayecto dura más de 17 horas.

Además, los buses no tienen calefacción y peor aire acondicionado, y el frío de la noche es insoportable, así como el mal olor dentro del bus. Luego de pasar por Potosí, el calor también es insoportable y no se puede abrir las ventanas, porque el bus se llena de polvo.

Encima, los choferes ponen música a todo volumen. Cuando yo viajé le reclamé al ayudante y le pedí que bajara el volumen, pero él se rió sin contestar, seguramente es la costumbre. Yo viajé por primera vez, por eso para mí la bulla fue molesta, tuve que taparme los oídos con papel higiénico, porque no tenía otra cosa. Como el viaje era tan largo, hasta se me contagió el ritmo de la música chicha. Si no te ponen música a todo volumen, colocan videos de violencia, de terror y hasta eróticos, y no les importa que haya niños y niñas como pasajeros.

La suciedad también abunda en los buses. La gente se compran comida para viajar y bota la basura debajo los asientos; toman refrescos y dejan las botellas tiradas, y las wawas hasta orinan en los pasillos. Claro, el viaje es tan largo que no es de extrañar que los niños y niñas no puedan aguantar toda la noche sin hacer pis, porque estos buses no tienen baños. En las paradas, donde se detienen por unos 10 minutos aproximadamente, los pasajeros deben correr, incluso en la noche, a orinar por las pampas, ya que por esos lugares no hay mingitorios o si hay están sucios.

Los propietarios de las flotas lo único que hacen es cobrar el pasaje, aunque sea engañando. No les importa el estado de los buses para los usuarios, ni siquiera se preocupan de hacer el lavado de sus asientos, de colocar un basurero para que la gente deposite la basura, que cuente con aire acondicionado o aunque sea que le pongan un ambientador que no debe costar más de 10 bolivianos.

Al viajar y ponerse en el lugar de la gente que tiene que hacerlo de forma continua una se pregunta dónde está la Autoridad de Transporte y Telecomunicaciones que tiene la obligación de garantizar una buena atención a la gente. También nos preguntamos dónde está el Tránsito para verificar que estos buses que viajan por trayectos largos no sean un peligro de muerte para las y los viajeros. Lamentablemente estas preguntas no encuentran respuesta, pues parecería que lo que menos importa es la calidad de los servicios de transporte.

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