Por Martha Huallpa
Viajar por la ruta Caranavi - La Paz en épocas de
lluvia es toda una odisea para choferes, pasajeros y pasajeras. Existen sectores del
camino en los que la humedad de la tierra provoca derrumbes que obstruyen el
tránsito vehicular. Cada año se presenta el mismo problema y no se hace nada
para mejorar la situación. Lo correcto sería tomar previsiones para que esto no
se repita, pero a las autoridades les interesa “quedar mejor” haciendo nuevas
carreteras, aunque las otras estén en pésimo estado.
Los derrumbes en los caminos interdepartamentales
también significan un perjuicio para las y los productores agricultores, porque
ellos y ellas no pueden sacar los productos de sus comunidades o les es mucho
más dificultoso hacerlo y por eso suben los precios de los productos en los
mercados. En muchos de los casos la
fruta o verdura se pudren sin poder llegar a su destino que generalmente es la
urbe.
Pero no solo los derrumbes son el problema, sino
que diferentes carreteras del país carecen del mantenimiento que evitaría accidentes. No hay señalización en los caminos
y tampoco ningún dique de contención que frene los derrumbes.
Hasta hace pocos años, muchos vehículos todavía
recorrían la conocida carretera de la muerte, en la que sucedieron cientos de
accidentes durante años, pues no se contaba con un camino alterno en esa región
del departamento, sin embargo muchas otras ciudades tenían mejores vías,
entonces los y las pobladoras de esta
región tuvieron que esperar décadas para que construyan una vía menos peligrosa
que igualmente tiene falencias. Es increíble pensar que actualmente los baches,
huecos enormes que existen, carencia de señalización y también la imprudencia
de los conductores, convierten las principales carreteras del país en nuevos
caminos de muerte.
El presidente Evo Morales entregó recientemente la
doble vía La Paz-Oruro y la situación del
resto de las rutas en el país al parecer no tienen importancia, como tampoco
que muchas comunidades en el altiplano están incomunicadas por falta de caminos.
Yo me pregunto si las autoridades del Ministerio de Obras Públicas y la Administración Boliviana de Carreteras ABC creen que hacen bien su trabajo. Eso deberían analizarlo al escuchar en las noticias la cantidad de accidentes o imprevistos como los derrumbes, que ocurren en distintas carreteras del país y que en muchos casos se cobran la vida personas inocentes que en algún momento creyeron en la propaganda de la integración caminera.
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