Por ADELA GOMEZ
La atención en los hospitales públicos se ha
caracterizado en los últimos años por ser pésima. Los médicos y administrativos
no son eficientes y maltratan a las personas enfermas, a eso hay que sumarle la
falta de infraestructura y equipamiento que hacen de la visita al hospital una
experiencia espantosa.
Al Hospital de Clínicas acude la gente de escasos
recursos económicos, porque el costo de atención es bajo y supuestamente tienen
trabajando a los mejores profesionales en medicina.
Allí atienden en distintas especialidades, pero los
enfermos son tratados de mala manera. Por ejemplo, el o la paciente debe hacer
fila desde muy temprano para recibir una ficha sin la cual el doctor no podrá
revisarla y luego debe esperar durante horas hasta que el médico llegue, muchos
de ellos media o una hora después de su hora de entrada.
La situación para los y las pacientes que deben
internarse es más complicada, pues hasta conseguir una cama es
burocrático.
Hace un mes atrás uno de mis paisanos fue internado tras
sufrir un accidente de tránsito. Él
ingresó con fracturas no muy graves, según su diagnóstico; sin embargo, al paso
de los días fue empeorando y los médicos no hallaban la razón. Lo operaron dos
veces pero no mejoró. Durante mis
visitas pude ver la situación real en la que se encuentran los pacientes y cómo
los tratan, pues si tienes pollera o eres moreno y vienes del área rural te tratan
mal, te gritan como si no entendieras, allí se nota que el racismo y la
discriminación están latentes.
Algo importante también es el tipo de alimentación que
les dan a los enfermos, pues supuestamente cuentan con nutricionistas que les
deben balancear el alimento de acuerdo a su estado de salud y nutrirlos, pero
no, el almuerzo y la cena tienen más carbohidratos y a media tarde o en el
desayuno, les dan té con pan, que no es nada alimenticio.
En el Hospital del Niño, también público, igualmente hay
pésima atención y no solo eso, sino también indolencia, pues una vez llevé a mi
sobrina que sufrió un accidente, su cabecita sangraba y aun viéndola en ese
estado, los médicos y enfermeras no hacían nada, nuestra desesperación hizo que
decidamos llevarla a una clínica particular donde la atención fue inmediata.
En otra ocasión lleve a mi hijo, pues tenía una especie
de bolita en el cuello, le hicieron una serie de laboratorios y el diagnóstico
fue que tenía un tumor maligno. Me dijeron que debía operarse de inmediato,
pero yo quería tener una segunda opinión, lo lleve a otro médico que
diagnosticó paperas. Imagínense la diferencia y si yo hubiera escuchado lo que
me dijeron en el hospital público, pues el otro doctor tenía la razón. No puedo
imaginar a cuantas personas les habrán dado un mal diagnóstico y por lo tanto
un mal tratamiento.
El ministerio de salud debería tomar acciones para
controlar estas irregularidades, inspeccionar las condiciones del hospital e
invertir en su equipamiento. Pero es importante también que los médicos
enfermeras y administrativos asuman sus responsabilidades, no es ético que
debiendo cumplir con 6 horas de trabajo lleguen una hora o más después del
inicio de turno. El sector salud decidió luchar contra la imposición del
gobierno de trabajar 8 horas al día, creo que esa es una de sus conquistas
laborales y no estoy en contra, pero creo que realmente deben trabajar lo que
les corresponde, y pensar un poco en el compromiso social que tienen al
convertirse en médicos, no tienen derecho a jugar o experimentar con la vida de los y las pacientes.
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