Por Martha
Huallpa
Los
conflictos en La Paz son de nunca acabar. Los bloqueos y las marchas nos
perjudican tremendamente. Ahora, encima, los mineros cooperativistas y
asalariados protagonizan un conflicto por la explotación de la veta Rosario de
la mina Colquiri. Esto se ha vuelto también un problema para los
transportistas, y para los y las productoras agrícolas, ganaderas y avícolas,
que no han podido hacer llegar sus productos hasta La Paz durante días y días,
pues en la trancas había alfombras de piedras y ahí mismo, de rato en rato,
explotaban dinamitas.
Este
conflicto comenzó el mes de junio y hasta hoy el gobierno no puede arreglarlo.
En vez de
dar solución a un conflicto que puede llevar a un enfrentamiento entre
hermanos, se ha ocupado de otras cosas muy convenientes para el MAS, por
ejemplo, la millonaria campaña a favor de la post consulta y la última, en la
que al parecer pusieron sus máximos esfuerzos: el matrimonio del
vicepresidente. Esto me parece algo indignante, pues veo que Evo Morales hace
el mayor esfuerzo por estar dos días en el matrimonio de Álvaro García Linera y
no puede darse un tiempo para arreglar los conflictos de los sectores sociales
y de las y los trabajadores. Parece ser que los ministros y el presidente
siempre esperan hasta el punto de un casi enfrentamiento, no solo en el
problema de los mineros, sino en la mayoría de los que hasta ahora se han dado.
Creo que la
ciudadanía está cansada de lo que está pasando, esperamos que nuestros
gobernantes encuentren una salida urgente al problema que tienen ahora los
mineros y por el cual también estamos pagando los y las paceñas, pero además
que sean más eficientes a la hora de jerarquizar los problemas que hay por resolver y que lo hagan a tiempo.
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