miércoles, 19 de mayo de 2010

LAS SEÑORITAS QUE SE DISFRASAN

Por Yola Mamani

En los últimos años, vestir de pollera parece que ya no es una verguenza.

Hay chicas que han decidido ponerse pollera. ¿Pero para qué se ponen polleras?
Se ponen pollera para los concursos de belleza que organiza la Alcaldía Municipal. No todas, pero algunas sí.

Se ponen pollera paradirigir programas de televisión o para ser modelos de ropa para cholas.

Se ponen pollera también para conseguir trabajo en el gobierno. Está de moda que en los ministerios y en otras oficinas del gobierno haya una mujer de pollera, como la imagen de esa oficina.
Otras, como algunas extranjeras, se ponen pollera y así llaman la atención, aunque digan que sienten orgullo.

¿Pero estas mujeres saben en realidad lo que es ser una mujer de pollera, lo que es ser una chola?
Yo creo que no saben. Estas mujeres no tienen identidad, no tienen personalidad y menos cultura, porque luego de utilizar la pollera de manera conveniente, se la sacan y usan ropa de la ciudad, vestido o pantalones.

Se habla de que la pollera se ha revalorizado, que es un valor cultural que se está rescatando. Pero hay muchísimas mujeres, en especial trabajadoras del hogar, de ellas puedo hablar porque conozco bien lo que está pasando en nuestras organizaciones, que se sacan la pollera para ir, por ejemplo, a la Universidad o cuando quieren buscar otro trabajo que no sea como trabajadora del hogar.

Con esto quiero decir que las mujeres que vestimos pollera todos los días, porque es nuestra ropa habitual, todavía somos muy discriminadas, hay mucho racismo.

Por ejemplo, en esas famosas elecciones de Miss Cholita, yo he sido testigo de cómo las chicas que se disfrazan y que se maquillan como una señorita de la ciudad reciben todos los aplausos y los piropos. Pero si entra una verdadera mujer de pollera, que no se ha maquillado, que no camina como una modelo, que no habla bien el castellano, que no sabe expresarse bien en castellano, que es tímida, como somos la mayoría de las mujeres de pollera, especialmente las jóvenes, a esas chicas las silban, las insultan, les dicen que deberían estar pasteando sus llamas o sus ovejas en el campo.

Esos insultos vienen incluso de las señoritas que se disfrazan, que usan la pollera por conveniencia. Hasta nos dicen, hombres y mujeres, chola de mierda, y no sólo en los concursos, sino también en otros espacios.

A ellas les pregunto ¿qué se siente estar disfrazada de chola por unos momentos? Ellas no viven la discriminación a diario.Es fácil disfrazarse y conseguir alguna ventaja, pero otra cosa es ser chola los 365 días del año y sentir orgullo por eso.

Mi vestimenta no es un disfraz, para vestir la pollera hay que sentir orgullo de ser chola.



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