Por Victoria Mamani
Hoy en día, hay muchas organizaciones de mujeres que dicen ser representantes de las mujeres indígenas. Pero cuando vas a las provincias lejanas como la Provincia Camacho, Provincia Muñecas, Provincia Larecaja y otras, provincias como estas tienen comunidades dispersas donde ni siquiera llegan movilidades. Siguen andando en mulas, caballos y burros sacando sus productos a las ferias cercanas para intercambiar, o vender a unos cuantos pesos para sobrevivir.
Las mujeres de estas comunidades viven diariamente de agricultura y ganadería. Muchas de ellas ni siquiera conocen sus representantes a nivel departamental, porque las dirigentas nunca llegan a estas comunidades.
Por ejemplo: las dirigentas de la organización Bartolina Sisa, donde nunca se han ocupado de ir a capacitar sobre los Derechos Humanos, sobre temas de liderazgo, autoestima, sexualidad y otros temas que es muy importante para las mujeres indígenas.
Es mas la mayoría de estas dirigentas ni siquiera saben lo que es trabajar en el campo, son mujeres que sólo buscan beneficios personales, indicando que son representantes de mujeres indígenas.
Cuando llega una invitación para viaje o para una capacitación técnica en diferentes ramas, lo primero que llevan es a su familia, como la tía, prima, hermana, hija, haciendo figurar que son mujeres indígenas de las comunidades.
Éstas invitaciones que llegan a la oficina de Bartolina Sisa, nunca llegan a las bases, si no gira al entorno de la familia de las dirigentas, por eso pelean para tener el cargo de Ejecutiva por que saben que al estar ahí tienen su puesto asegurado y al de su familia ya que el gobierno abre oficinas a nombre de mujeres indígenas que en nada favorece a las bases.
Mentiras como estas lo único que hace es seguir postergando los derechos de las mujeres indígenas. Si no tenemos mujeres lideres que de verdad representen a las mujeres indígenas, nunca se cumplirá esa palabra de vivir bien por que en las comunidades siguen destinadas las mujeres a la cocina al cuidado de los hijos a la obediencia y al servicio de sus maridos.
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