Por
María Pacosillo
El pasado mes de Septiembre se celebró
el día internacional de No a la Trata y Tráfico de Personas, pero solo algunos medios de comunicación difundieron información
respecto a esta fecha.
La trata y tráfico son delitos penados por la ley INTEGRAL CONTRA LA
TRATA Y TRÁFICO DE PERSONAS, pero las autoridades hacen poco o nada ante estos
crímenes y en realidad nadie lo hace, pues si bien no es obligación de la
ciudadanía el sancionar, si ser vigilantes de que esto no ocurra y en su caso,
denunciar.
El año 2014 se reportaron ante la ONU 40.000
casos en 152 países, pero hay cientos de casos que no se denuncian. Esto
demuestra que este es un problema de orden mundial, donde las víctimas son
reclutadas y trasportadas para explotaciones diversas, como la laboral, sexual,
e incluso para la comercialización de órganos.
Se conoce por los medios de
comunicación, que quienes negocian con las vidas de las víctimas, están
organizados en grandes redes y que también tienen relación con el tráfico de
armas y drogas.
En nuestro país, son pocos los casos
en los que la víctima logra salir de estas redes, recobrando su libertad
escapando de sus captores, en otros pocos la policía actúa y en realidad el
gran porcentaje de los casos no son resueltos.
Cuando la policía intervine algunos
locales, en las famosas redadas en las que cometen muchos abusos de poder
también, encuentran aisladamente a alguna jovencita que está siendo explotada
sexualmente por algún proxeneta , que en poco tiempo, con la complicidad de
jueces ,fiscales y abogados corruptos, resuelven su problema judicial en un dos
por tres y luego, nuevamente abren sus lenocinios.
Como confiar en que se está trabajando
para terminar con este delito? Es un secreto a voces que en muchos casos hay
complicidad de las autoridades que están en la obligación de resolver el
problema.
Y ¿qué podemos hacer los y las
ciudadanas para frenar la trata y tráfico de personas? Si nos organizamos,
podríamos hacer la diferencia, podemos hacerlo en nuestros barrios, en las
zonas, en nuestras comunidades. Informarnos y advertir a los y las más jóvenes,
para que no confíen demasiado en las personas, en alguna oferta laboral que
parezca maravillosa, en gente que no conozca. Orientar para que las personas
que están en riesgo, puedan informarse bien sobre un empleo ofrecido, que
verifiquen siempre el origen de la oferta. Estar siempre con los ojos bien
abiertos, donde vivimos y nos quedar indiferentes si algo raro está pasando
cerca de nosotros y nosotras. Denunciando podemos estar salvando a alguien.
Mañana podríamos ser uno o una de nosotras o alguien que queremos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario