Por Victoria Mamani
Tener una casa propia con espacio suficiente para un
jardín, es la aspiración de mucha gente; sin embargo, hoy en día en las
ciudades de La Paz y El Alto ha proliferado la construcción de edificios, por
el crecimiento poblacional. Casi ya no se venden casas con patio o jardín y las
pocas que están en venda tienen precios exageradamente altos. Ahora las
personas pueden acceder con alguna facilidad a los departamentos, aunque sus
precios también son altos.
Generalmente son las empresas constructoras las que compran inmuebles para demolerlos y construir edificios para comercializar luego departamentos. Lo que no se toma en cuenta es que con la construcción afecta al vecino, a la vecina; por ejemplo, antes en la zona sur se veían casas con grandes jardines, pero actualmente la estética de la zona ha variado, los edificios se han sobrepuesto.
Generalmente son las empresas constructoras las que compran inmuebles para demolerlos y construir edificios para comercializar luego departamentos. Lo que no se toma en cuenta es que con la construcción afecta al vecino, a la vecina; por ejemplo, antes en la zona sur se veían casas con grandes jardines, pero actualmente la estética de la zona ha variado, los edificios se han sobrepuesto.
Lo peor de la construcción de un edificio, es que
los arquitectos siguen diseñando las habitaciones de las trabajadoras del hogar
con un tamaño de 2 x 2 metros y detrás de la cocina o lavandería, donde no
entra ni el sol, al que llaman “habitación de servicio doméstico”. Para estos
profesionales, las trabajadoras del hogar somos una especie de robot, que no
siente frío y no se enferma, no considerar un espacio básico para una persona
es una forma de discriminar y violar sus derechos humanos, pero ¿alguien hace
algo al respecto?
Lo propio ocurre en las construcciones donde no se
ha pensado en lo necesario para que una persona con capacidades diferentes
pueda movilizarse, en muy pocos edificios se han incluido rampas para sillas de
rueda.
La mayoría de estas edificaciones cuentan con gradas y si solo
tienen 4 o 5 pisos, no gozan de
ascensores, esto es una dificultad para quienes dependen de una silla de ruedas
u otro elemento para movilizarse.
Por otro lado la gente adquiere su departamento
haciendo un gran esfuerzo económico, pero lo sucedido recientemente con el
edificio Alcazar, el cual casi se viene abajo, nos demuestra que no existe la
fiscalización profesional a la hora de levantar una edificación, cuando esa es
responsabilidad del personal de la alcaldía. Las autoridades del municipio de
La paz, irresponsablemente, aprueban planos de construcción para las empresas
constructoras.
Con
todo esto podemos darnos cuenta que no
solamente la responsabilidad recae en las empresas constructoras o
profesionales, sino también en las autoridades del Gobierno Municipal ya que por
falta de nuevas políticas en lo que se refiere a la construcción estos
problemas continúan.
Es
importante mejorar la actividad de la construcción, tomando en cuenta todos
estos aspectos, para contribuir con un desarrollo urbano controlado,
formalizado, seguro y acorde a la realidad de la ciudad.
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