Por Cristina Ibáñez
En época de inscripción escolar mucha gente se
queja de que los colegios están totalmente descuidados.
Ventanas y puertas
rotas, pupitres rayados y rotos, paredes pintarrajeadas, pizarrones destruidos
y baños en pésimo estado. Padres y madres de familia protestan y piden que la
Alcaldía repare los daños y otorgue buenas condiciones a los niños, niñas y
adolescentes para que estudien. ¿Pero esta será la solución?
En la zona Señor de las Lagunas de El Alto, el
Colegio República de Bolivia tiene más de cuatro mil estudiantes; hasta el día de hoy, después de
más de dos meses del inicio del año escolar, los y las estudiantes continúan
pasando clases en condiciones antipedagógicas, porque están en ambientes sin
ventanas ni puertas y en la ciudad de El Alto donde las temperaturas suelen ser
muy bajas. Ese es un sacrificio que día a día deben hacer.
Pero no es solo es esto. Otro problema bastante
preocupante es la higiene de los baños, que está totalmente descuidada. En este
lugar un niño o niña puede contraer alguna infección, si es que no se mantiene
limpio de manera constante.
Este colegio es solo un ejemplo de los muchos que
todavía tienen necesidades. Pero como dije antes, quejarse ante o de las
autoridades, no basta.
En el caso del Colegio República de Bolivia los
padres y madres se han organizado para arreglar los problemas que están a su
alcance; cada semana arman equipos para pintar paredes y lijar pupitres, pero
aun así continua el problema.
Lamentablemente algunos de los y las estudiantes
tienen actitudes muy dañinas y a pesar de que sus padres y madres se esfuerzan
para que estudien en mejores condiciones, ellos y ellas no tienen consideración
alguna.
Si bien la Alcaldía está en la obligación de
entregar los establecimientos en buenas condiciones, también quienes hacen uso
de estos espacios tienen la obligación de cuidarlos. Yo creo que no es posible
que todos los años se invierta el dinero de la población arreglando daños que
pueden evitarse, como el colocado de ventanas rotas a propósito. Ese dinero
podría servir para la construcción de nuevas escuelas o para la reposición de
pupitres que tienen desgaste o la dotación de otro tipo de materiales.
Debería partir desde la educación más básica, que
generalmente la dan los padres y madres, el respeto a todas las cosas y
espacios públicos, para que todos los niños, niñas y adolescentes disfruten de
aquello que otros y otras han conservado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario