martes, 8 de junio de 2010

LOS VIAJES DEL PRESIDENTE

Por Yola Mamani

Lo primero para los presidentes debería ser su país, porque el pueblo los elige. Pero también es importante que los presidentes hagan relaciones internacionales, lo que los obliga muchas veces a viajar.

Sin embargo, tendría que haber un equilibrio y eso no se ve con el presidente Evo Morales. Según los recuentos que hacen los medios de comunicación, en un mes, entre abril y mayo, el presidente hizo seis viajes internacionales.

Cuando el era diputado, lo criticaba al entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y pedía cuentas de los resultados de sus viajes. Incluso una vez lo llamó presidente vagabundo y casi lo meten a la cárcel, pero el pueblo lo defendió.

Ahora él hace lo mismo, hasta cuando hay conflictos en el país, como ocurrió cuando en Caranavi pedían una planta de cítricos. El camino estuvo bloqueado durante más de dos semanas, la producción se estaba pudriendo en los camiones y tampoco podían entrar otros productos que la gente necesitaba en Caranavi. Mientras el presidente estaba con el Papa.

Esa vez, la solución del conflicto se quedó en manos del vicepresidente Álvaro García, que tampoco hizo gran cosa para apaciguar el problema. Al final, el Ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, ordenó el desbloqueo que terminó con dos muertos.

Evo ni siquiera mandó un mensaje directo a quienes pedían la planta de cítricos, pero cuando él era dirigente exigía que los mismos presidentes, en diferentes gobiernos, vayan en persona a negociar.

Seguramente es necesario que el Presidente viaje y que a su regreso no sólo cuente cómo le fue en el viaje y los acuerdos que firmó, sino que después haga una evaluación del cumplimiento de esos convenios. Porque de nada sirve hacer convenios que no se ejecuten, es lo mismo que nuestras leyes, hay muchas pero cuántas se cumplen.

¿Cuánto de esos acuerdos están beneficiando realmente a nuestro país y cuántos van en beneficio directo de la población o de nuestro presidente? A mucha gente ni siquiera le interesa saber para qué viaja el presidente, ni siquiera se preguntan eso. Lo que nos importa saber es si somos la prioridad para Evo y también quién paga los viajes.

Cuando viajamos, por más que no sea nuestra intención, nos distanciamos de nuestra realidad, aunque estemos conectadas a Internet o tengamos celular satelital. Eso también debe pasar con el Presidente. Él debería pensar que desde la distancia no puede saber qué hacen sus ministros, pero al final igual tiene que asumir la responsabilidad ante el pueblo.


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