miércoles, 14 de julio de 2010

LA MARCHA DE LA CIDOB


Por Yola Mamani


Hace 24 días que se inició la marcha de pueblos indígenas del oriente de Bolivia, en busca de reivindicar su derecho a la tierra y a la autonomía. Pero hasta ahora no han conseguido una respuesta de nuestros gobernantes, a pesar de que se trata de un gobierno donde las y los indígenas tienen amplia representación.

Lo que se ha visto hasta el momento es que gente que también es indígena, pero que está en el poder, lo único que hacen es desprestigiar a otras organizaciones que están de acuerdo con el proceso de cambio, pero que sienten que hay cosas que no están funcionando bien. Por ejemplo, que no hay democracia para reclamar y hacer propuestas ni demandas. El derecho a hablar y a ser escuchado y atendido es algo que no se está cumpliendo.

En el exterior del país, mucha gente cree que en Bolivia han mejorado las condiciones de vida de toda la población indígena. Lo que no saben, es que hay indígenas que están atacando a su misma gente o que, probablemente, los indígenas del occidente no consideren a los indígenas del oriente como su gente, porque allá tienen otra visión de la tierra, de las organizaciones y de muchas cosas más.

Me da mucha rabia cuando lo escucho a Isaac Avalos e incluso al mismo Presidente descalificar a los indígenas que están haciendo una protesta pacífica, que a nadie le está perjudicando porque no hay bloqueo de carreteras ni de calles. Tal vez por eso no les hacen caso, porque parece que el gobierno ya tiene la costumbre de atender los reclamos sólo cuando hay muertos.

Decir que a las y los indígenas los financian algunas ONGs de Estados Unidos, como USAID, es como reconocer que todas las protestas de los sectores son financiadas. Porque ¿cuál es la diferencia entre las protestas que hacían Evo Morales, Isaac Ávalos y otros, y la protesta de los indígenas del oriente?.

Yo me pregunto, ¿acaso cuando salía a marchar el señor Isaac Ávalos le financiaba alguna ONG? Además, si estamos en un proceso de cambio tenemos derecho de reclamar si no estamos de acuerdo con algo.

Eso no quiere decir que estemos en contra del gobierno, sino que estamos dispuestos a defender nuestros derechos y hacernos escuchar con los gobernantes. Ya sabemos que wawa que llora no mama.

Como trabajadora del hogar me siento decepcionada de nuestros gobernantes. Tanto habíamos luchado para esto. Aparte, si ahora se habla tanto del respeto a las y los indígenas, ¿por qué ni siquiera les están dando un vaso de agua a los marchistas? No tenemos que olvidarnos que esa gente fue la que comenzó la lucha por una Asamblea Constituyente en 1990, también con una marcha de más de 600 kilómetros hasta La Paz. Veinte años después tienen que seguir marchando porque quieren ser parte de la construcción de un nuevo país.

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