viernes, 23 de julio de 2010

BARTOLINA SISA

Por Martha Huallpa

En mi pueblo, cada 6 de agosto, en el colegio, recordábamos a Bartolina Sisa, una mujer que luchó para que el pueblo aymara sea libre del sometimiento de los españoles.

Los profesores nos enseñaron poesías en aymara que hablaban sobre su muerte, sobre cómo la torturaron y la amarraron a la cola de un caballo, y desnuda la hicieron caminar por las calles de La Paz. Los españoles le cortaron un seno y la lengua, y la mataron por rebelde, un 5 de septiembre de 1782. Su cuerpo descuartizado fue llevado a Ayo Ayo y a la provincia Aroma, de donde yo soy.

Bartolina Sisa era una guerrera, que no dejó que los españoles ni sus compañeros la sometan. Ella luchaba por la libertad, frente a los conquistadores y frente a los hombres de su mismo pueblo.

Según los libros de historia, ella se ganó el respeto de su gente por sus propios méritos y no, porque era la esposa de Tupak Katari, otro indígena aymara, con el que lideró un levantamiento contra las autoridades de la colonia en 1782.

Dicen que ella tenía un gran sentido de responsabilidad, disciplina, fortaleza, capacidad de tomar las decisiones más apropiadas en el momento oportuno, y además inspiraba confianza y seguridad.

Un grupo de mujeres indígenas originarias tomó el nombre de Bartolina Sisa para su organización. En 1980 nació la Federación de Mujeres Campesinas de Bolivia “Bartolina Sisa”. Sus objetivos eran, entre otros, liberar a la mujer campesina originaria indígena de la opresión y también garantizar la participación de las mujeres en los niveles de decisión.

Pero en los hechos no se han cumplido sus objetivos. A mi pueblo fueron buscando representantes de la provincia, pero las “bartolinas” elegían a quien querían y no a las mujeres que eran elegidas por las comunidades. Eso es discriminación y algunas mujeres que podían darle fuerza a la organización prefirieron irse.

Este año regresaron a mi comunidad, Santiago de Llallagua, pero ninguna mujer ha querido ir como representante, porque las “bartolinas” no quieren a las rebeldes.

Como mujer aymara, creo que tenemos que unirnos, para salir adelante por nosotras mismas.

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