Por Yola Mamani
El 2013 es
el año internacional de la Quinua, y quiero hablar de este tema porque
últimamente he visto sembradíos de quinua en grandes extensiones de diferentes
provincias y comunidades, y esto no ocurría hace 3 o 4 años. ¿Acaso entonces no
había demanda de quinua en el mercado?
En mi comunidad antes se cultivaba muy poca
quinua, incluso a veces sembrábamos y como no alcanzaba el tiempo para
cosechar, la dejábamos y las aves silvestres se alimentaban del grano.
Hoy este grano es muy apreciado y deseado en el
mundo entero y estoy segura que la gente ya no dejaría que las aves se lo
coman, seguramente porque hay mayor demanda en el mercado. Por ejemplo en la
feria de la calle Rodríguez, los precios oscilan entre 13 y 14 bolivianos la
libra, y en la zona del cementerio de 11 a 12 bolivianos, depende del lugar en
que se compre. Las revendedoras siempre suben el precio y las productoras
venden más barato, pero no tanto.
Según información que hemos encontrado "la
quinua es uno de los pocos alimentos de origen vegetal que es nutricionalmente
completo, es decir que presenta un adecuado balance de proteínas, carbohidratos
y minerales, necesarios para la vida humana". Este alimento es producido
por una planta de gran resistencia, que se adapta a diversas condiciones de
latitud y altitud hasta unos 4.000 mil metros y puede crecer en zonas áridas y
semiáridas.
La quinua era considerada un alimento sagrado en las culturas andinas, además era parte de
la dieta de nuestros abuelos y abuelas, quienes la consumían constantemente.
Por eso antes este alimento era considerado comida
de indios y por lo tanto era despreciado, como ocurría también con la carne de
llama que ahora se utiliza en los mejores restaurantes de La Paz e incluso de
otros países. Antes no se conocían los valores nutritivos de la quinua y la
mayoría de las personas citadinas ni siquiera sabía preparar platos asados en
este grano, tan deseado y a la vez tan escaso actualmente en el mercado
interno.
En mi comunidad algunos agricultores y
agricultoras cultivan quinua solo para el consumo propio;, todavía se mantienen
las costumbres de preparar diferentes
platos y bebidas en fiestas y fechas especiales, como en Semana Santa,
donde se consume bastante p’isqi, que es como un puré de quinua con leche y queso. También se prepara “lagua”,
una sopa espesa de quinua, seguro la probaron alguna vez; la k’ispiña, que es
un croqueta deliciosa y también se prepara la chicha blanca del grano, la
ensalada se hace con las hojas tiernas de la quinua, y las cenizas del tallo sirven para la
preparación de la “Legía o llujt’a” utilizada para masticar o
akullikar la hoja de coca.
Así que nada
se echa a perder del grano de oro, al menos mi abuela aprovechaba todo y
nos enseñaba a consumir la quinua de diferentes formas, ya que este alimento te
puede empalagar muy rápido.
Antes en el campo, la quinua era parte esencial de
nuestra dieta diaria y de la de nuestros ancestros. Con el pasar del tiempo
esto cambió y ahora en las provincias se consume mucha comida chatarra, lo que
está ocasionado que se pierdan las preparaciones tradicionales. Por eso, en el
programa Soy trabajadora del hogar con orgullo y dignidad tratamos de que
recuperar esas recetas, haciendo que nuestras compañeras recuerden lo que
comían cuando eran niñas. En el caso de la quinua, como también de otros
productos, resulta que no se queda nada de la producción para el consumo de la
población local, como pasa por ejemplo en Curahuara de Carangas, donde los
restaurantes y comideras no tienen en su menú platos preparados con este grano;
y ni siquiera suele haber quinua cruda para comprar, a pesar de estar en el
Departamento de Oruro, que es productor del grano de oro.
La quinua sale de las regiones productoras de
diferentes maneras, ya sea por contratos para la exportación, compra por parte
de intermediarios, pero también por trueque. Hay agricultores y agricultoras
que cambian la quinua por otros víveres, como fideo, arroz, harina y otros. Eso
ocurre, por ejemplo, en el Municipio de Batallas, de la Provincia Los Andes, a
donde llevan incluso sopas de fideo
chinas, que son pura chatarra para llenar el estómago, y la intercambian por
nutritiva quinua. Esto debería hacernos reflexionar sobre qué tipo de
alimentación existe ahora en el campo.
¿Por qué la organización de mujeres Bartolina Sisa
no informa a la gente?, hablan tanto de soberanía y seguridad alimentaria,
cuando pareciera que no hay conciencia en la gente agricultora. Nuestros niños
y niñas sufren de desnutrición por el consumo de esa comida que no tiene valor
nutritivo, y claro eso afecta sus capacidades y se les hace más difícil
aprender. Las organizaciones sociales y el gobierno siguen proclamando el vivir
bien, pero eso significa también tener una buena alimentación, porque de
discursos y sopas chinas no vamos a vivir.
Nuestras autoridades hablan de seguridad alimentaria y soberanía, y eso para mí
significa que primero debemos alimentarnos nosotros y nosotras, y que después
se piense en la exportación al mercado internacional, de lo contrario, sería
mejor no vender hasta abastecer el mercado local. Pero ocurre todo lo
contrario, porque algunas y algunos productores prefieren vender lo mejor de su
cosecha y lo que sobra es para su consumo.
Bolivia es el principal productor de quinua
real en diferentes variedades, pero no
hay suficiente oferta para crear más consumo; sin embargo, un problema en este
sentido es el precio del grano, que está por encima de las posibilidades de
mucha gente. Nuestras autoridades tratan de revalorizar los productos de
nuestros pueblos y quieren recuperar lo que comían nuestros abuelos y abuelas
con la Ley de Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria, pero no hacen
mucho por incentivar el consumo interno y lograr que el costo sea accesible a
la mayoría de la población.
Ahora que está de moda hablar sobre seguridad
alimentaria, algunas ONGS salieron al área rural a enseñarle a la población
indígena cómo se deben preparar los alimentos en base a la quinua y otros
productos.
Supuestamente están yendo a recordarles lo que comían antes.
Entonces yo me pregunto ¿Cuándo olvidamos comer
los alimentos de antes? ¿Por qué tiene que venir alguien que proviene de
culturas para las cuales la quinua no es un alimento ancestral? ¿Será que una
persona ajena a nuestra cultura sabe mejor que nosotras mismas los beneficios
de nuestros alimentos? Al parecer sí, porque de lo contrario no los intercambiarían
por chatarra.
Es importante que como agricultores y agricultoras
comencemos a reflexionar por nuestra propia cuenta sobre la riqueza de lo que
producimos, sobre todo porque lo hacemos de manera natural. Tenemos que
aprovechar para nutrirnos y a nuestras wawas, y luego vender lo que sobre para
comprar otros productos. No cambiemos alimentos tan valiosos como la quinua,
por productos que no benefician a nuestro organismo.
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