lunes, 29 de abril de 2013

LA QUINUA


Por Yola Mamani

 El 2013 es el año internacional de la Quinua, y quiero hablar de este tema porque últimamente he visto sembradíos de quinua en grandes extensiones de diferentes provincias y comunidades, y esto no ocurría hace 3 o 4 años. ¿Acaso entonces no había demanda de quinua en el mercado?

En mi comunidad antes se cultivaba muy poca quinua, incluso a veces sembrábamos y como no alcanzaba el tiempo para cosechar, la dejábamos y las aves silvestres se alimentaban del grano.

Hoy este grano es muy apreciado y deseado en el mundo entero y estoy segura que la gente ya no dejaría que las aves se lo coman, seguramente porque hay mayor demanda en el mercado. Por ejemplo en la feria de la calle Rodríguez, los precios oscilan entre 13 y 14 bolivianos la libra, y en la zona del cementerio de 11 a 12 bolivianos, depende del lugar en que se compre. Las revendedoras siempre suben el precio y las productoras venden más barato, pero no tanto.

Según información que hemos encontrado "la quinua es uno de los pocos alimentos de origen vegetal que es nutricionalmente completo, es decir que presenta un adecuado balance de proteínas, carbohidratos y minerales, necesarios para la vida humana". Este alimento es producido por una planta de gran resistencia, que se adapta a diversas condiciones de latitud y altitud hasta unos 4.000 mil metros y puede crecer en zonas áridas y semiáridas. 

La quinua era considerada un alimento sagrado  en las culturas andinas, además era parte de la dieta de nuestros abuelos y abuelas, quienes la consumían constantemente.

Por eso antes este alimento era considerado comida de indios y por lo tanto era despreciado, como ocurría también con la carne de llama que ahora se utiliza en los mejores restaurantes de La Paz e incluso de otros países. Antes no se conocían los valores nutritivos de la quinua y la mayoría de las personas citadinas ni siquiera sabía preparar platos asados en este grano, tan deseado y a la vez tan escaso actualmente en el mercado interno.

En mi comunidad algunos agricultores y agricultoras cultivan quinua solo para el consumo propio;, todavía se mantienen las costumbres de preparar diferentes  platos y bebidas en fiestas y fechas especiales, como en Semana Santa, donde se consume bastante p’isqi, que es como un puré de quinua con  leche y queso. También se prepara “lagua”, una sopa espesa de quinua, seguro la probaron alguna vez; la k’ispiña, que es un croqueta deliciosa y también se prepara la chicha blanca del grano, la ensalada se hace con las hojas tiernas de la quinua, y  las cenizas del tallo sirven para la preparación de  la  “Legía o llujt’a” utilizada para masticar o akullikar la hoja de coca. 

Así que nada  se echa a perder del grano de oro, al menos mi abuela aprovechaba todo y nos enseñaba a consumir la quinua de diferentes formas, ya que este alimento te puede empalagar muy rápido.

Antes en el campo, la quinua era parte esencial de nuestra dieta diaria y de la de nuestros ancestros. Con el pasar del tiempo esto cambió y ahora en las provincias se consume mucha comida chatarra, lo que está ocasionado que se pierdan las preparaciones tradicionales. Por eso, en el programa Soy trabajadora del hogar con orgullo y dignidad tratamos de que recuperar esas recetas, haciendo que nuestras compañeras recuerden lo que comían cuando eran niñas. En el caso de la quinua, como también de otros productos, resulta que no se queda nada de la producción para el consumo de la población local, como pasa por ejemplo en Curahuara de Carangas, donde los restaurantes y comideras no tienen en su menú platos preparados con este grano; y ni siquiera suele haber quinua cruda para comprar, a pesar de estar en el Departamento de Oruro, que es productor del grano de oro.

La quinua sale de las regiones productoras de diferentes maneras, ya sea por contratos para la exportación, compra por parte de intermediarios, pero también por trueque. Hay agricultores y agricultoras que cambian la quinua por otros víveres, como fideo, arroz, harina y otros. Eso ocurre, por ejemplo, en el Municipio de Batallas, de la Provincia Los Andes, a donde  llevan incluso sopas de fideo chinas, que son pura chatarra para llenar el estómago, y la intercambian por nutritiva quinua. Esto debería hacernos reflexionar sobre qué tipo de alimentación existe ahora en el campo.

¿Por qué la organización de mujeres Bartolina Sisa no informa a la gente?, hablan tanto de soberanía y seguridad alimentaria, cuando pareciera que no hay conciencia en la gente agricultora. Nuestros niños y niñas sufren de desnutrición por el consumo de esa comida que no tiene valor nutritivo, y claro eso afecta sus capacidades y se les hace más difícil aprender. Las organizaciones sociales y el gobierno siguen proclamando el vivir bien, pero eso significa también tener una buena alimentación, porque de discursos y sopas chinas no vamos a vivir.

Nuestras autoridades hablan de seguridad  alimentaria y soberanía, y eso para mí significa que primero debemos alimentarnos nosotros y nosotras, y que después se piense en la exportación al mercado internacional, de lo contrario, sería mejor no vender hasta abastecer el mercado local. Pero ocurre todo lo contrario, porque algunas y algunos productores prefieren vender lo mejor de su cosecha y lo que sobra es para su consumo.

Bolivia es el principal productor de quinua real  en diferentes variedades, pero no hay suficiente oferta para crear más consumo; sin embargo, un problema en este sentido es el precio del grano, que está por encima de las posibilidades de mucha gente. Nuestras autoridades tratan de revalorizar los productos de nuestros pueblos y quieren recuperar lo que comían nuestros abuelos y abuelas con la Ley de Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria, pero no hacen mucho por incentivar el consumo interno y lograr que el costo sea accesible a la mayoría de la población.

Ahora que está de moda hablar sobre seguridad alimentaria, algunas ONGS salieron al área rural a enseñarle a la población indígena cómo se deben preparar los alimentos en base a la quinua y otros productos. 

Supuestamente están yendo a recordarles lo que comían antes.

Entonces yo me pregunto ¿Cuándo olvidamos comer los alimentos de antes? ¿Por qué tiene que venir alguien que proviene de culturas para las cuales la quinua no es un alimento ancestral? ¿Será que una persona ajena a nuestra cultura sabe mejor que nosotras mismas los beneficios de nuestros alimentos? Al parecer sí, porque de lo contrario no los intercambiarían por chatarra.

Es importante que como agricultores y agricultoras comencemos a reflexionar por nuestra propia cuenta sobre la riqueza de lo que producimos, sobre todo porque lo hacemos de manera natural. Tenemos que aprovechar para nutrirnos y a nuestras wawas, y luego vender lo que sobre para comprar otros productos. No cambiemos alimentos tan valiosos como la quinua, por productos que no benefician a nuestro organismo.

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