jueves, 18 de abril de 2013

LOS COLEGIOS EN EL ALTO


Por  Cristina Ibáñez

En época de inscripción escolar mucha gente se queja de que los colegios están totalmente descuidados. 

Ventanas y puertas rotas, pupitres rayados y rotos, paredes pintarrajeadas, pizarrones destruidos y baños en pésimo estado. Padres y madres de familia protestan y piden que la Alcaldía repare los daños y otorgue buenas condiciones a los niños, niñas y adolescentes para que estudien. ¿Pero esta será la solución?

En la zona Señor de las Lagunas de El Alto, el Colegio República de Bolivia tiene más de cuatro mil  estudiantes; hasta el día de hoy, después de más de dos meses del inicio del año escolar, los y las estudiantes continúan pasando clases en condiciones antipedagógicas, porque están en ambientes sin ventanas ni puertas y en la ciudad de El Alto donde las temperaturas suelen ser muy bajas. Ese es un sacrificio que día a día deben hacer.

Pero no es solo es esto. Otro problema bastante preocupante es la higiene de los baños, que está totalmente descuidada. En este lugar un niño o niña puede contraer alguna infección, si es que no se mantiene limpio de manera constante.  

Este colegio es solo un ejemplo de los muchos que todavía tienen necesidades. Pero como dije antes, quejarse ante o de las autoridades, no basta.
En el caso del Colegio República de Bolivia los padres y madres se han organizado para arreglar los problemas que están a su alcance; cada semana arman equipos para pintar paredes y lijar pupitres, pero aun así continua el problema.

Lamentablemente algunos de los y las estudiantes tienen actitudes muy dañinas y a pesar de que sus padres y madres se esfuerzan para que estudien en mejores condiciones, ellos y ellas no tienen consideración alguna.

Si bien la Alcaldía está en la obligación de entregar los establecimientos en buenas condiciones, también quienes hacen uso de estos espacios tienen la obligación de cuidarlos. Yo creo que no es posible que todos los años se invierta el dinero de la población arreglando daños que pueden evitarse, como el colocado de ventanas rotas a propósito. Ese dinero podría servir para la construcción de nuevas escuelas o para la reposición de pupitres que tienen desgaste o la dotación de otro tipo de materiales.

Debería partir desde la educación más básica, que generalmente la dan los padres y madres, el respeto a todas las cosas y espacios públicos, para que todos los niños, niñas y adolescentes disfruten de aquello que otros y otras han conservado.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario