martes, 5 de marzo de 2013

EMBARAZADA Y SIN DERECHO A DECIRLO


Por Gaby Mamani

El embarazo es un hecho que nos asusta a muchas mujeres porque es una gran responsabilidad traer al mundo un niño o niña, pero es peor cuando la mamá es trabajadora del hogar porque sabemos que pocas se respetan nuestros derechos.

Como se habrán dado cuenta, el embarazo en las mujeres de pollera no se nota tanto, tal vez la pollera nos favorece para ocultar que estamos esperando un bebé, pero también es bien pesado cargar una wawa en el vientre durante 9 meses, porque a los malestares, en nuestro caso, se suma el peso de las polleras y las enaguas. Aun así tenemos que trabajar y seguir con las pesadas labores de la casa. Muchas personas piensan que no es tan difícil, pero la exigencia física es bastante.

Pero además de eso, las trabajadoras del hogar tenemos que enfrentar otra situación, que es la posibilidad de que puedan echarnos de nuestra fuente laboral. Esto hace que ocultemos nuestro embarazo. Quiero contarles que un día vi a una amiga trabajadora del hogar bien abrigada, yo no entendía por qué estaba como osita, así que le pregunté por qué estaba con tanta ropa. Me dijo que escondía su barriga para que sus empleadores no se dieran cuenta de que estaba en gestación, ya que de lo contrario la despedirían. A muchas las han despedido con cualquier excusa por estar embarazadas, dejándolas sin un ingreso económico seguro.

A pesar de ser un delito despedir a una mujer gestante, algunos encuentran la manera de hacerlo. La Ley General del Trabajo garantiza la inamovilidad laboral y la seguridad social para las mujeres gestantes hasta un año después del parto.

Creo que las y los empleadores deberían respetar el derecho de las trabajadoras de ser madres y no condicionar su empleo o aprovecharse para chantajearlas, porque sé de casos cercanos en los que las compañeras tuvieron que aceptar incluso la reducción de sueldos por el temor de quedar sin empleo.

Por ello, todas las mujeres trabajadoras del hogar y las de otras ramas, no sólo tienen el derecho de denunciar el despido por este motivo, sino la obligación de hacerlo para dejar constancia de la violación de este derecho. 

Claro, lo negativo de todo, es que a pesar de existir denuncias al respecto, la burocracia en las instituciones públicas hace que contados casos se solucionen con una indemnización o con el restablecimiento del trabajo. Esta situación no puede seguir. ¡Respetemos la ley!

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