martes, 2 de octubre de 2012

ARMAS DE PROTESTA


Por Adela Gómez

Todos los días los paceños y paceñas nos encontramos con las calles de nuestra ciudad bloqueadas por marchas de protesta. La Paz es sede de gobierno y muchas instituciones públicas  se encuentran  en pleno centro de la ciudad, por eso los sectores sociales aprovechan este hecho y presionan al gobierno paralizando el centro de La Paz, creyendo que así quizás sus demandas puedan ser escuchadas.

Muchas veces sus medidas son más extremas, como vimos los últimos días por ejemplo, cuando los mineros cooperativistas cerraron los ingresos a nuestra ciudad: el camino a los Yungas,  La Paz, Oruro y Copacabana estaban llenos  de cooperativistas dispuestos a explotar dinamitas si algún vehículo trataba de pasar.

Las y los bolivianos sabemos que las protestas mineras son de temer, pues casi siempre utilizan dinamita a su paso por la ciudad, aquella que con su estallido nos hace temblar.
Incluso los policías les temen, porque en casi ninguna de sus protestas los han dispersado con gas lacrimógeno como suelen hacer con otros sectores que poco pueden  hacer por defenderse, por ejemplo los indígenas y personas con discapacidad.     

El martes 18 de septiembre mineros cooperativistas bajaron en una marcha desde la ciudad de El Alto exigiendo poder explotar la veta Rosario de la mina Colquiri. Su caminata estuvo acompañada del sonido de la dinamita y el petardo, al parecer la policía no hizo una revisión tan rigurosa de su equipaje como lo hicieron con los mineros asalariados, a quienes les prohibieron el uso de dinamita  en su protesta por la seguridad de la ciudadanía. Ese día en lugar de que el gobierno, representado por el viceministro del interior Jorge Pérez, y la policía traten de cambiar la ruta de la marcha, permitieron que esta pase en frente de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia donde había poca gente resguardando sus instalaciones. Allí cooperativistas atacaron con dinamita a los asalariados, y los pocos oficiales de policía que estaban ahí no respondieron,  no dispersaron a los agresores y la policía también escapó.

Un compañero minero ha muerto y varios resultaron heridos, todo porque parece que el gobierno se está acostumbrando a esperar que los sectores resuelvan por si solos el conflicto, cuando es su obligación hacerlo, y porque quiere llegar al punto en que aparezcan heridos y  muertos para tratar de dialogar, cuando podían haberlo hecho mucho antes de que el problema se agrave tanto.

Ese mismo martes 18 varios niños y niñas tuvieron que salir de sus establecimientos pues se suspendieron las clases, ellos y ellas se expusieron a un peligro tan grande al cual los padres y madres tememos y no solo ellos sino la población que frecuenta el centro de la ciudad.

Yo creo que el gobierno debe prever que se susciten hechos como este por el bien de los compañeros en conflicto y den una solución rápida. Y quiero dar un consejo a todos los padres y madres que nos escuchan, si se enteran del conflicto de algún sector que pueda resultar en enfrentamiento o ataque, no manden a sus hijos al colegio, es preferible prevenir que lamentar.      

No hay comentarios:

Publicar un comentario