jueves, 16 de febrero de 2012

A UN AÑO DEL MEGA DESLIZAMIENTO

Por Antonia Cunu

A un año del mega deslizamiento ocurrido en la zona oeste de la ciudad de La Paz, donde centenares de familias perdieron todo, sus casas, terrenos y demás pertenencias, quedando prácticamente sin nada, las cosas no han cambiado. En su momento, las autoridades de diferentes instancias, se comprometieron a dar asistencia constante a la gente damnificada, cosa que no sucedió.

Al principio hubo solidaridad, llegaron víveres de toda índole y las personas afectadas agradecieron mucho a la población que les brindó una mano. Pero la mala administración de quienes estaban a cargo de la distribución de alimentos y demás donaciones, dejó mucho que desear, pues muchos productos que los damnificados necesitaban se echaron a perder. En los depósitos donde se guardaron los víveres y ropa, encontraron comida, que debería haberse repartido, en mal estado, e incluso desechos de ratón.

De las y los damnificados que quedaron en la calle, muchos no tenían un familiar a quien acudir para contar con un techo donde dormir. La mayor parte de las familias afectadas se quedaron en carpas, que se estaban deshaciendo poco tiempo después; las personas tenían que remendarlos para aguantar el frio.

Además de haber quedado con traumas psicológicos, por un hecho que nunca olvidarán, las y los habitantes afectados pasaban frío, hambre e infinidad de necesidades que hasta el día de hoy continúan.

En un intento por mejorar las condiciones de vida de las y los damnificados, la Alcaldía y la fundación Un Techo Para Mi País, construyeron casas prefabricadas, espacios muy pequeños en los cuales, a un principio, debían vivir dos familias, en total, entraban alrededor de ocho personas. Luego se redujo la incomodidad construyendo más de esas casas, pero esa fue una solución momentánea.

Las autoridades correspondientes todavía no han dado una respuesta definitiva, porque desde la tragedia, la gente continua viviendo en las casitas prefabricadas. En algunos lugares hace bastante frío y esto también es muy preocupante porque los resfríos son más constantes.

Lo peor es que la ciudad de La Paz es un lugar peligroso para vivir. La Alcaldía debería ser más eficiente para controlar que se realicen estudios estrictos, con expertos que realmente tengan conocimiento en topografía, en terrenos donde existen o donde se van a construir viviendas para prevenir cualquier desastre y no lamentar sucesos dolorosos.

Además las leyes deberían ser más duras con los loteadores, porque ellos son los que venden terrenos a cualquier precio y en cualquier lugar, muchas veces estafando a la gente. Quienes compran en las laderas, son personas de bajos recursos, que con sacrificio logran comprarse una casita o un terreno.

A La Constitución Política del Estado, en su artículo 19, dice que “Toda persona tiene derecho a un habitad y vivienda adecuada, que dignifique la vida familiar y comunitaria”. El Estado promoverá planes de vivienda de interés social basándose en el principio de la solidaridad y equidad, preferentemente serán destinadas a las familias de escasos recursos y otros”. Lamentablemente esto todavía no se cumple en nuestro país, pero es algo que todos y todas debemos reclamar, porque es nuestro derecho.

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