miércoles, 25 de mayo de 2011

ESCOMBROS POR LA CIUDAD

Por Antonia Cuno

Cuando caminamos por nuestra ciudad fácilmente podemos preguntarnos si estamos en construcción o en permanente destrucción, porque por donde vayamos vemos todo revuelto. Las obras son necesarias, aunque casi nunca se toma en cuenta a la ciudadanía para definir cómo se van a realizar. De ahí el descontento de mucha gente, por ejemplo, con la transformación del centro de La Paz que perdió su personalidad.

En nuestra vida particular también son necesarias las refacciones o remodelaciones en nuestras viviendas, y de esos trabajos siempre quedan escombros. Sin embargo, a las y los vecinos les llega una multa si es que dejan sus escombros en espacios públicos. Obviamente la Alcaldía no se pone multas a sí misma y por eso, con total impunidad, vemos que detrás de cada obra municipal quedan los escombros.

En la Avenida Zabaleta, en las inmediaciones del Estado Mayor y debajo de los puentes trillizos se puede observar escombros que están esparcidos por ahí desde hace más de un año. Son restos de construcciones, como ladrillos mezclados con estuco y madera, y piedras cubiertas con cemento. Esos residuos fácilmente podrían trasladarse a otro lado, donde no afecte la imagen de la ciudad ni dificulte la transitabilidad de la ciudadanía.

La avenida Zabaleta conecta a diferentes zonas de la ciudad de La Paz y por eso es bastante transitada por vehículos y peatones. Además, por ahí, los conscriptos son entrenados, seguramente porque el lugar se asemeja a un lugar de combate bombardeado.

Lo mismo pasa con las graderías que conectan Alto Obrajes con Obrajes. El lugar no sólo está lleno de basura, también hay piedras que dificultan el paso y además las gradas se ha convertido en un baño público al aire libre. El nauseabundo olor de este lugar empeora en días de sol, cuando también las moscas inundan el ambiente.

En estas condiciones, las y los estudiantes del Instituto Normal Simón Bolívar y de la Universidad Los Andes, así como la gente que vive por las zonas aledañas tiene que utilizar las graderías. Desde hace cinco años, cuando pasé por ahí, parece que nadie se ha preocupado por este problema que incluso es de salud pública.

Sin ir tan lejos, en la gradería de la avenida 6 de Agosto y Guachalla, que conecta con la avenida Arce, hace más de dos años la Alcaldía realizó unas refacciones. El yute de plástico con el que cubrieron el lugar sigue ahí, está hecho jirones y como parece basura, pues alguna gente ha comenzado a tirar su propia basura en el terreno que colinda con la Universidad Técnica.

Si la Alcaldía es la responsable de cuidar que los escombros de la gente no estorben el paso ni afeen la ciudad, entonces ¿quién tendría que controlar que la Alcaldía recoja sus escombros? Para exigir el cumplimiento de las normas, la Alcaldía debería ser la primera en cumplir.

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