jueves, 30 de diciembre de 2010

LA AMISTAD

Por Victoria Mamani

Últimamente las personas estamos olvidando lo más importante de nuestra vida que es la amistad, pero también hay personas que son verdaderos amigos y amigas, y que se muestran en el momento más difícil de nuestra vida o también momentos simples, en lo cotidiano, lo de todos los días. Hoy quiero dedicar esta editorial justamente: a la amistad.

La amistad, al estar junto a alguien se manifiesta en una relación de solidaridad, de afecto, de deseo de bien y de placer de tener a un amigo o una amiga cerca de uno. Amigas, amigos que dan consejos, que apoyan en momentos de dificultad o que llaman sin que eso sea necesario: solamente por la alegría de conversar con la persona amiga, de saber que está bien o para compartir una alegría o una preocupación. Tenemos amigos más cercanos y amigos más lejanos; con algunos estamos cada vez que podemos, con otros nos vemos de vez en cuando, pero la amistad es la misma. Por la amistad damos y recibimos consuelo, un apoyo, a veces un regaño, a veces un empujón para seguir adelante.

He concluido luego de muchos tropiezos mis estudios de maestra normalista. No lo pude hacer antes porque, por mi condición de trabajadora del hogar no se me permitió durante muchos años terminar mis estudios secundarios, lo que cambió en el último trabajo en el cual me desempeñé como trabajadora del hogar. Pero estudiar no fue fácil. Me exigió un enorme esfuerzo y en éste, tuve la alegría de estar acompañada por personas que siguieron mi camino. Ahora quiero nombrarlas, como una manera de festejar su compañía, que agradezco inmensamente.

Quiero agradecer a mis amigas y amigos verdaderos que me han apoyado: a Zulma Arenas, decirle gracias por tu apoyo por ser tan buena conmigo me diste fuerza para seguir con mi trabajo y me acompañaste hasta culminar mis estudios apoyándome moralmente, a Nemecio, a Martin, gracias por su ayuda y por ser buenos amigos y compañeros solidarios.

A mis compañeras del programa radial “Soy trabajadora del hogar con orgullo y dignidad”: a Yola: quiero decirte gracias por asumir mi responsabilidad y por darme tu apoyo cuando yo estaba ajetreada con mi proyecto para mi defensa de mi tesina en la Normal "Simón Bolívar".

También agradezco a Antonia. En estos momentos se muestran las verdaderas amigas que sin pedir nada a cambio te brindan su amistad y su cariño.

Por último, agradezco a las compañeras de Mujeres Creando por haberme permitido culminar mis estudios dándome un espacio donde vivir y un trabajo de medio tiempo que me ha facilitado ir a mis clases tranquila.

A María Galindo, por estar pendiente de mi estudio, de mi proyecto para la defensa en la Normal.

Muchas veces juzgamos a las personas viéndolas desde afuera. Escucho decir a la gente: María es una loca, una mujer dura, peleadora; pero no es así; en el fondo de tu corazón eres sensible, tienes un gran corazón y te preocupas por las mujeres que luchan constantemente por superarse.

Te conocí en este trabajo y doy fe de esa tu sensibilidad y solidaridad con las mujeres bolivianas.

En mi caso, como trabajadora del hogar, mi objetivo siempre ha sido estudiar aunque en muchas casas me han privado de este derecho. Pero no todos son iguales, hay empleadores que te dan aliento y te apoyan para que tengas una profesión, como mi ex jefa Mónica Navia que Dios puso en mi camino para que después de 20 años de haber dejado mis estudios empezara a estudiar en el Sema y luego entrar a la Normal. También a Diego Eróstegui, que me ayudó en la preparación de mi perfil. Quiero agradecer también a Helen Alvarez por ayudarme en la edición de mi trabajo tomando horas de su tiempo. Sin tu ayuda, Helen, tal vez no hubiese podido entregar un buen trabajo. Del mismo modo ella me prestó las maquinas de la oficina para poder trabajar mi proyecto.

A Julieta Ojeda y a Rosario por sus consejos y por su apoyo moral en todo momento que flaqueaba porque no sé manejar bien la computadora. Cuántas veces he perdido mis avances porque no guardaba bien los archivos o porque apretaba una tecla sin querer.

A mi compañera de trabajo Emiliana y a Amalia. Muchas veces ellas asumieron el trabajo que yo tenía que hacer en la cocina. Quiero agradecerle infinitamente por ser una buena amiga. A Daniel, operador de radio Deseo, a quien cada vez molesto para grabar el sociodrama, la editorial y otros para dejar listo para el programa Soy trabajadora del hogar con orgullo y dignidad.

En estos momentos se ve la verdadera amistad, una amistad sana sin condiciones,
una amistad es aquella en la cual alguien se ocupa, se pregunta por alguien, se interesa por alguien, por saber que está bien.

Muchos amigos y amigas no los nombro aquí, pero en esta ocasión he querido nombrar a quienes estuvieron cerca en esta etapa de mi formación.

Por ello agradezco a todas mis amigas y a todos mis amigos que han sido tan buenos conmigo. La verdadera amistad no tiene precio, y esta forma de amistad se cultiva en el corazón.

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