viernes, 19 de julio de 2013

LOS RÍOS


Por Yola  Mamani

Los ríos son como las venas de nuestro cuerpo, dan vida a los seres que están dentro y cerca de él.
En las áreas rurales los ríos son fundamentales para el consumo de las personas, el riego de la siembra, para el lavado de ropa  y para el consumo del ganado.

Mi abuelo y mi abuela decían que el agua de los ríos es un recurso no renovable y que su existencia está en peligro por culpa de las actividades humanas. Ahora entiendo lo que me explicaban cuando no teníamos cuidado en su uso, por ejemplo a la hora de lavar ropa, no debíamos usar detergentes fuertes, peor lavandina, pues era como echar veneno a los animalitos que viven dentro del agua. 

Antes, el único detergente que se podía usar era el jabón, porque, según mis abuelos,  no tiene tanto químico y no causaba mucho daño a la flora y fauna que habitan el agua. Otra forma de cuidar el agua, que mis abuelitos nos inculcaron, era sacar las bolsas plásticas del río. Las amarrábamos todas las veces que era necesario, para que no estén volando sobre los techos, ni que se prendan en los arbolitos, además así evitábamos que los animales se las coman, pues podía causarles la muerte.

En ese entonces el agua de los ríos era cristalina, libre de contaminación, habían muchos peces y también anfibios. Los niños y niñas nos bañábamos al aire libre con abundante agua, sin temor a enfermarnos; nuestros animalitos podían beber el agua de cualquier lugar del río. Antes, donde yo vivía, no teníamos agua potable, y teníamos que beber el agua del río, por eso las abuelas y abuelos nos encargaban cuidarla, ya que sin ella no es posible vivir.

Ahora todo ha cambiado, por ejemplo en Achacachi y Warisata, que ya son pequeñas ciudades, la población ha crecido y la contaminación cada vez es mayor.

En estos pueblos en progreso, como los llaman las agricultoras y agricultores, la contaminación también ha llegado a las pequeñas comunidades que están a su alrededor. Pero a pesar de que familias enteras están siendo afectadas, las autoridades municipales de estos lugares no se hacen responsables y no le dan solución al gran incremento de contaminación que hay en los ríos, a pesar de que sus propios animales beben el agua.

Actualmente no hay una política que nazca de las autoridades municipales, para realizar un saneamiento de estos lugares, pues como no se sienten responsables tampoco creen que les corresponda dar una solución a esta problemática.

Por ejemplo, en mi  comunidad, Santa María Grande, que está a una hora del cantón Warisata, los y las comunarias hacen lo posible para proteger el lugar y a su ganado; por ello recogen las botellas pet, bolsas plásticas, pañales desechables y otros desechos, así evitan que sus animales confundan los desechos con comida, lo que sucede con frecuencia.

Hombres y mujeres de comunidades pequeñas tratan de resistir ante esta contaminación fuerte y constante. Quienes contaminan sin cuidado son los y las turistas que van de visita o gente de la ciudad que va a lavar su ropa al río. Estas personas creen que nuestras comunidades son basureros, botan los desechos de lo que consumen durante su estadía a orillas del rio: platos desechables, vasos, bolsas plásticas y otros.

Con esto no quiero decir que la gente ya no visite los pueblos o que no vaya a lavar ropa, lo que quiero es que entiendan que deben tener cuidado y  consideración con la gente de los pueblos y con la misma naturaleza. Es lindo respirar aire limpio en el campo, pero para que ese aire y esa agua clara se conserven así tenemos que poner todos y todas de nuestra parte. No boten su basura  al agua, ni donde hay sembradíos, ni en ningún lugar, guárdenla hasta volver a su casa o hasta donde vean un basurero. Y es más, traten de no usar plásticos, porque son muy contaminantes y de difícil biodegradación.

Mi mamá trata de llevar siempre sus bolsitas de yute para hacer sus compras, y claro como es pueblo chico, es posible decir NO a la bolsita plástica que suelen ofrecer en la tienda. La gente en el campo sabe que el plástico es dañino y está consciente de que en cualquier momento, por un descuido, sus animalitos pueden contraer una infección al tragarse esa basura.

Además las alcaldías municipales deben comenzar urgentemente a cumplir con su obligación, cuidar el agua, la vida de la gente, de los animales y ocuparse del bienestar del conjunto de quienes habitamos este país. 

Deberían incluir dentro de su presupuestos anuales el recojo de desechos en el área rural, para evitar la contaminación de ríos y muerte o enfermedad de personas y animales por esta causa.

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