jueves, 2 de septiembre de 2010

EL RACISMO DE MUJER A MUJER

Por Emiliana Quispe

El racismo existe en todas partes, en los mercados, en los centros de salud y en las fuentes de trabajo. Lo más preocupante es que las mujeres somos discriminadas también por otras mujeres.

En los hospitales, cuando vamos al médico, lo que primero te ven es el color de la piel, la vestimenta y no te tratan igual que a las otras mujeres que tienen una vestimenta distinta.

Lo mismo pasa en los mercados con las caseras, yo diría que es peor porque estas personas discriminan a las mujeres que son iguales a ellas y tratan de diferente manera a “las señoras”.

Así como en los centros de trabajo somos discriminadas no sólo por los empleadores de la ciudad, que son diferentes a nosotras, sino también por las mismas personas que han migrado del campo a la ciudad; en algunos casos son profesionales y en otros comerciantes, y tienen una trabajadora del hogar que trajeron de su propio pueblo, a quien tratan como si fuera un objeto de exposición.

Es importante que este trato discriminatorio y racista termine, que el trato sea el mismo para todas y todos, porque un trato justo e igualitario es un derecho que tenemos todos y todas las bolivianas; se debe eliminar toda actitud de discriminación y racismo contra las personas, sean del campo o de la ciudad, hombres o mujeres, de vestido o de pollera, en definitiva entre bolivianos y bolivianas, porque todos y todas somos iguales y tenemos los mismos derechos.

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