lunes, 2 de marzo de 2015

HAY QUE PERSIGNARSE PARA VIAJAR


Por  Martha Huallpa

Viajar por la ruta Caranavi - La Paz en épocas de lluvia es toda una odisea para choferes,  pasajeros y pasajeras. Existen sectores del camino en los que la humedad de la tierra provoca derrumbes que obstruyen el tránsito vehicular. Cada año se presenta el mismo problema y no se hace nada para mejorar la situación. Lo correcto sería tomar previsiones para que esto no se repita, pero a las autoridades les interesa “quedar mejor” haciendo nuevas carreteras, aunque las otras estén en pésimo estado.

Los derrumbes en los caminos interdepartamentales también significan un perjuicio para las y los productores agricultores, porque ellos y ellas no pueden sacar los productos de sus comunidades o les es mucho más dificultoso hacerlo y por eso suben los precios de los productos en los mercados.  En muchos de los casos la fruta o verdura se pudren sin poder llegar a su destino que generalmente es la urbe.
Pero no solo los derrumbes son el problema, sino que diferentes carreteras del país carecen del mantenimiento que evitaría  accidentes. No hay señalización en los caminos y tampoco ningún dique de contención que frene los derrumbes.  

Hasta hace pocos años, muchos vehículos todavía recorrían la conocida carretera de la muerte, en la que sucedieron cientos de accidentes durante años, pues no se contaba con un camino alterno en esa región del departamento, sin embargo muchas otras ciudades tenían mejores vías, entonces  los y las pobladoras de esta región tuvieron que esperar décadas para que construyan una vía menos peligrosa que igualmente tiene falencias. Es increíble pensar que actualmente los baches, huecos enormes que existen, carencia de señalización y también la imprudencia de los conductores, convierten las principales carreteras del país en nuevos caminos de muerte.  

El presidente Evo Morales entregó recientemente la doble vía La Paz-Oruro  y la situación del resto de las rutas en el país al parecer no tienen importancia, como tampoco que muchas comunidades en el altiplano están incomunicadas por falta de caminos.  
 
Yo me pregunto si las autoridades del Ministerio de Obras Públicas y la  Administración Boliviana de Carreteras ABC creen que hacen bien su trabajo. Eso deberían analizarlo al escuchar en las noticias la cantidad de accidentes o imprevistos como los derrumbes, que ocurren en distintas carreteras del país y que en muchos casos se cobran la vida personas inocentes que en algún momento creyeron en la propaganda de la integración caminera.  

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