martes, 7 de agosto de 2012

PALCA



Por Yola Mamani

Palca, capital de la provincia Murillo, es un valle hermoso y seguro, donde se puede pasear y disfrutar de un agradable día; en  tiempo de lluvia es más lindo, porque los campos están verdes. En esta época el pueblito está frío, seco y lleno de polvareda, así,  como todo los lados.; Así que les aconsejo esperar.  

El pueblo está bordeado por  un río que también se llama Palca, es grande ancho y caudaloso en época de lluvia. Las y los comunarios  donde dicen que antes  el agua era cristalina eso nos contaron las y los mismos comunarios del lugar, pero hoy  es agua turbia. Antes tampoco había los promontorios de tierra, piedras y arena que hoy se ve en el cauce y no consumible,  y  tampoco existían las bateas donde ahora lavan oro. Este río  está  lleno de  todo, menos de agua limpia.

Y es que el pueblo de Palca sigue viviendo la fiebre del oro que comenzó hace unos tres años. La agricultura sigue echada de menos, aunque se produce para el autoconsumo. Hay poco ganado, la gente cría, sobre todo, ovejas y cerdos, y también gallinas.

Lo que más se ve en el pueblo son las bocaminas, a pesar de que están dentro de las casas. Se las identifica por el toldo de plástico azul, con el que la gente le da un poco de sombra a este lugar, donde pasan buena parte de su tiempo. Muchos árboles han sido talados para compactar esta entrada al subsuelo de Palca, donde los túneles generan inestabilidad para el poblado.

A provincia Palca visitamos en el año 2010, justamente para conocer sobre la actividad minera que estaba surgiendo en el lugar; entonces la gente andaba enloquecida  por el oro, que encontraron dentro  de  sus casas. Hoy  ya no hay tanto afán, porque han adquirido una rutina para la producción, que sigue sostenida. Ahora muchas personas también se ocupan de  rellenar  los que agujeros que hicieron dentro de sus patios; pero y  claro, no todos lo hacen y

Algunos ni se preocupan, lo que nos hizo pensar en cuán poderoso es el dinero, al punto de atentar  contra las propias vidas, la de la familia y también la de toda la comunidad.
Gracias a la minería y con la expectativa de aprovechar la riqueza aurífera a domicilio, mucha gente retornó  de las ciudades a las que había emigrado, tanto del mismo país, como del exterior, en especial de la paz, de Brasil y Argentina; muchas de las mujeres que se fueron y que hoy volvieron, se convirtieron en trabajadoras del hogar.

Eso fue muy positivo para el pueblo, hoy tiene más movimiento económico. Lo negativo, en mi criterio, es cómo la abundancia ha dado lugar al consumismo irracional. Casi toda  la gente tiene su auto propio, celular de último modelo y lo último en tecnología. Cuando fuimos a Palca, hace dos años, no vi motos; pero ahora hay muchas y jovencitos  12  a 15 años las manejan arriesgando su vida, porque no tienen el menor cuidado;   muchos de ellos sufrieron accidentes con los mismo, eso nos comentaron algunas  preocupadas por ello.

Yo cuando vi a jóvenes corretear con la moto me sorprendí bastante y me hiso recuerdo al departamento de Trinidad, donde también vi a los adolescentes, manejar motocicletas sin cuidado. De todas maneras, la población está contenta, porque les ha  mejorado   la economía  y muchos y muchas emigrantes, volvieron al hogar.

En Palca la tierra es fértil, pero la producción intensiva de oro, que demanda remover tierras y utilizar químicos para la separación, afecta la fertilidad de las tierras. Sabemos que el oro, o cualquier otro mineral, se acaban en cualquier momento. Esas riquezas no son renovables hay mucha riqueza, y sólo nos dedicamos a saquear a la Madre Tierra, entonces tendremos  que asumir la responsabilidad de su destrucción, tarde o temprano. 

Ese rato no habrá oro, que vender,  ni una hortaliza  que cosechar,  ni agua que beber por la contaminación que le estamos  provocando a los ríos. Entonces recién dirán qué le hicieron  a su pueblo y a su tierra, que antes les daba de todo  para la subsistencia diaria.
Mientras, sus autoridades municipales bien gracias. Hace dos años, cuando fuimos la primera vez, brillaban por su ausencia, y hoy ocurre lo mismo. En ese entonces, Ministerio  de metalurgias Minería nos dijeron que sabían de las minas que  estaban abriendo al interior en los patios de las casas, pero no sabían cómo intervenir. En ese entonces, ya había denuncias de los mismos,
vecinos, porque  su propiedad estaba siendo afectando por  túneles que atravesaban su subsuelo, pero como nadie les hizo caso, algunos comunarios  que no estaban de acuerdo con la mina se cansaron de tanto insistir,  y comenzar a  cavar en su patio,  para así beneficiarse del recurso.

Ahora, hay casas y terrenos con rajaduras, lo que hace temer por la seguridad del pueblo.
Supuestamente, el Ministerio de Minería estaba esperando  que el  alcalde del lugar  autorice el cierre de las minas en las casas, porque son clandestinas, ya que está prohibida la actividad minera en zonas urbanas, pero dos años después de que denunciamos el caso, no se ha hecho nada.

Creemos que las autoridades no deberían esperar a que ocurra una tragedia o a que los conflictos crezcan y crezcan, para solucionar las diferentes situaciones que se presentan. 

Así gobernarán mejor en beneficio de la población y no de unos cuantos bolsillos.

jueves, 2 de agosto de 2012

DIA DEL INDIO


Por victoria Mamani

El 2 de agosto fue declarado Día del Indio a través de un decreto supremo emitido en 1937 por el entonces presidente Germán Busch. En 1953, esa fecha fue la elegida para promulgar la Reforma Agraria.
De esta manera se quiso también rendir homenaje al aniversario de la fundación del primer núcleo de educación indigenal en Bolivia en Warisata (La Paz), cuyos fundadores fueron Elizardo Pérez y el indígena Abelino Siñani. Warisata, convertido en un centro de educación indigenal, significó un faro de luz  para la educación del campesinado y para que este sector forme parte de la nacionalidad.

Con el correr de los años, en Warisata se ha creado una Escuela Normal Rural, con el objeto de preparar maestros para el agro y enviarlos a todos los puntos cardinales de Bolivia para la redención y liberación de la clase mayoritaria: las y los indios.
Pero hoy en día podemos ver que no sucedió nada de eso; si bien hay una escuela normal rural en Warisata y otra en Santiago De Huata, creada con una visión de educación productiva, ambas se han convertido en pura teoría al igual como ocurre en las ciudades, donde la formación es pésima, debido a mediocridad de los docentes que educan a los futuros  maestros y maestras.

Por otro lado, se recuerda día del indio por la promulgación de la reforma agraria de 1953. En el campo  se eliminó el latifundio, se expropiaron las tierras y las minas de las grandes elites de la clase dominante  se y determinó el comienzo de un proceso de integración del campesinado a la vida nacional.

El 2011  el gobierno  Presidente Evo Morales declaró la Revolución Productiva Comunitaria, puesta en vigencia el 26 de junio. Para ello entrega tractores semillas para mejorar las condiciones de vida de algunos  indígenas.

Pero si bien los indígenas tienen tierras, ahora están abandonados porque no hay  un apoyo para la producción; la gente joven emigra a las ciudades o al exterior. Además, los tractores han sido distribuidos sin ningún criterio, porque, por ejemplo, ha llegado a zonas con pendiente, es decir que son absolutamente inútiles y están oxidándose. De todas maneras, en el campo se necesita mucho más, como apoyo  económico para la instalación de sistemas de riego y la construcción de carreteras; también para la creación de fuentes de trabajo para la gente joven dotándoles de seguro de salud. En comunidades del altiplano hay buena producción; pero no hay cómo comercializar los productos. Así como están las cosas, no se puede esperar vivir bien.

Por otro lado, las y los indígenas siguen siendo discriminados. Un ejemplo es lo que está pasando con los y las indígenas del TIPNIS, quienes por defender su territorio fueron golpeados y maltratados por el mismo gobierno. Para el progreso de los y las indígenas no hace falta destruir su hábitat, si no proteger su territorio y ver las mejores maneras, junto con la misma gente del lugar, para mejorar las condiciones de vida de las hermanas y hermanos de las tierras bajas.